Entre dos campañas

 

Más allá de la cantidad de listas que en estas PASO van a tener lugar el 12 de septiembre, y que reflejan el papel de un país democrático y popular, con vocación de liderazgo, lo cierto es que hay dos campañas que llaman la atención y donde la ciudadanía en general pone más el ojo. Una basada en la educación, en el acceso, y en las libertades individuales. La otra, generada desde la necesidad de poner al país de pie luego de la pandemia, centrada en la producción y en las libertades colectivas.

No es menor mirar esas campañas como modelos de país, como proyecto político. Así y todo resulta curioso, que la campaña de Juntos por el cambio se centre en la educación, si tenemos en cuenta que cuando accedió al gobierno, uno de los problemas más grandes al que se enfrentó el gobierno de María Eugenia Vidal, fue la explosión de la escuela número 49 en el partido de Moreno, producto de la desidia que vivía el sistema educativo de la provincia de Buenos Aires y la falta de inversión pública.

Y luego está la otra campaña, que casualmente, lleva en la lista como uno de sus principales referentes de la provincia de Buenos Aires, a nuestro actual intendente, Mariano Cascallares. Centrada en la recuperación económica, lo que busca pareciera es consolidar un modelo de libertades colectivas que apunte a la equidad, la inclusión y la redistribución de la riqueza. Una acumulación que se exacerbó durante los cuatro años anteriores a esta gestión.

Por supuesto  que no sin mayores inconvenientes, los mismos que enfrenta el mundo entero: una pandemia arrasadora que dejo a todos los países sin producción, sin recaudación, sin trabajo y con mucho dolor y mucha muerte. En nuestro la gestión de la pandemia fue mejor que la mayoría de los países de Sudamérica, con un bajo índice de mortandad debido a que la priorización de la salud no permitió que nadie se quedara sin atención médica y no tuvimos que elegir a quien atender en términos sanitarios.

En este sentido, la gestión de la pandemia se terminó, y ahora abordamos una nueva posibilidad de recuperar lo perdido, no por la pandemia, sino también por los cuatro años anteriores en los cuales los que hoy nos quieren decir que tenemos que tenemos que hacer, no pudieron hacer mucho. Llega la era de la producción, de poner al país de pie, de recuperar la capacidad de consumo, de por fin volver a decidir nuestra soberanía. Eso sí, sepamos que el individualismo tiene que quedar atrás, que tenemos que ir el 12 de septiembre por un proyecto en el que TODOS seamos parte.