Cuando la luz no se hace

 

Un poco de calor y entonces ya sufrimos las consecuencias, no importa cuántos recursos presenten los municipios, cuantas deudas se condonen o cuantos subsidios reciban las empresas monopólicas como Edesur, la palabra “inversión” ha salido del vocabulario regular desde hace años de cada una de sus plantas. Entonces, no se dan por enteradas del crecimiento demográfico, del paso del tiempo, de las nuevas tecnologías.

El resultado es claro: no dan abasto, no logran satisfacer las demandas de una población que necesita del recurso energético porque total todo da lo mismo, no entienden que miles de personas dependen de la luz para también tener el recurso del agua, no importa si el calor es agobiante, si existen personas electrónicamente dependientes, no importan las discapacidades, ni la cantidad de pisos que tenga un edificio, porque prima maximizar las ganancias. 

El problema de poner en el centro al mercado en vez de la vida, es que la vida, las condiciones de dignidad de las personas, el bienestar, comienzan a pasar a segundo plano. La presencia de la grieta aprisiona y es ahí donde parece que nada alcanza. No es un corte de luz, es una sumisión a la oscuridad; que no es lo mismo, es el recuerdo de la falta de derechos aunque pagues por tenerlos. 

Nos llega el calor, y ya sabemos por descontado que vamos a quedarnos sin luz, pero nunca tenemos la grata sorpresa de olvidarnos de los cortes, y crear nuevas condiciones, porque las empresas energéticas no suelen “darse cuenta” de la necesidad de efectuar inversiones a largo plazo en los periodos del año donde el recurso es menos usado. 

No es una cuestión de costumbres, o de usos, es una cuestión de satisfacer necesidades. No se trata de usar menos, se trata de usar lo que nos corresponde por derecho, de entender las propiedades colectivas, la administración de lo que debiera ser bien común, porque del depende el bienestar de las personas. Nos toca una vez más la oscuridad, esperemos que pronto se genere una idea que ponga un poco de luz, sobre tanta ceguera empresarial.