La responsabilidad de los que más tienen

Mientras se empiezan a mostrar los primeros síntomas de reactivación económica, como mostramos en la semana, con empresas que vuelven a radicarse en la Argentina, con emprendimientos nuevos y nuevas formas de democratización de la economía productiva, la variante Omicron hace su aparición con el primer caso de contagio en la provincia de San Luis. 

Sin embargo, la responsabilidad de los cuidados, la posibilidad de pensar en controles que nos permitan identificar rápidamente los casos que vayan apareciendo en nuestro país, nos recuerda que la gestión de la pandemia es un modelo para seguir en nuestro territorio como no ha sucedido en otras latitudes del mundo. Por eso, saludamos desde La Urbe la iniciativa de un posible “pase sanitario”, que permita identificar la vacunación, y que ponga coto al avance de nuevas cepas y de nuevas olas en el territorio. 

Ya lo habíamos dicho frente a la cepa “Delta”, en Argentina luego de la segunda Ola de contagios que nos obligó a nuevo confinamiento estricto hemos sido capaces de controlar la propagación de una pandemia que por cuarta vez azota a países de Europa como Alemania, y que se recrudece en países de África que mantienen un bajo nivel de vacunación. 

Hoy queda claro más que nunca que las decisiones tomadas fueron las correctas, pero además también queda claro, que es tan importante avanzar con la reactivación económica como entender que la vacunación es fundamental para seguir creciendo hasta un desarrollo que mitigue el avance que posibilitó el neoliberalismo último, y la pandemia, de la pobreza. 

Vamos avanzando con la tercera dosis de vacunación – el refuerzo –  para el personal sanitario, pero también para las personas de riesgo que tanto nos preocupan, pero es importante entender como sociedad mundial que la gestión de esta pandemia a nivel planetario requiere la solidaridad de los países, y fundamentalmente  la vacunación de los países de alto y bajo desarrollo. 

El virus no discrimina y avanza eliminando las barreras de contagio mundiales. Ahora es tiempo de que la sociedad mundial entienda que eliminar las barreras de vacunación es una responsabilidad que puede salvarnos la vida. En estas fiestas, pedir por la salud mundial también es un acto solidario.