La conciencia social como principal arma

La acuciante situación sanitaria replantea nuevamente la configuración social de un entramado en el cual se debaten la economía y la salud por un lado, y la responsabilidad social compartida por el otro. Lo dijimos desde un primer momento, la economía y la salud hoy están de la mano e intentan no naufragar en un sistema donde las responsabilidades compartidas son cada vez más difusas.

El desorden social, las fiestas clandestinas, el no cumplimiento de los cuidados, puede poner en jaque una vez más, la situación de miles de familias que dependen de la economía a pequeña escala para sobrevivir. En medio de esta situación, esta semana asistimos a un pedido desesperado de los directores de los hospitales más importantes de la Ciudad de Buenos Aires, y de la provincia de Buenos Aires, por intentar generar la “conciencia pública” necesaria para no colapsar un sistema sanitario que ya está en vías de desborde.

Todos sabemos que lo ideal sería no asistir más cierres, que la poca pero constante recuperación de la economía y de la producción, en términos generales, depende de poder trabajar con los protocolos suficientes para garantizar – en términos reales – bajar el nivel de contagios de la segunda ola, que ya llegó.

Podríamos aventurar miles razones por las cuales la sociedad ya no responde tanto, ni de la misma manera a los necesarios cuidados, y seguramente también en ninguna de esas razones reales nos estaríamos equivocando. Pero existe también una necesaria toma de conciencia, de entender que el colapso que en la primera ola no llegó a la Argentina y que garantizó la atención pública para todos los ciudadanos contagiados, podría estar llegando en esta segunda instancia si es que no se garantizan las normativas claras y se procede a garantizar la sanidad.

La vacunación viene lenta en el mundo entero, y no garantiza tampoco  – en ninguno de los casos – la falta de contagios, sino que evita la gravedad de la enfermedad. Así y todo, tampoco garantiza la no propagación. Por eso, la importancia de que entre todos colaboremos cuidándonos se hace fundamental para avanzar no solo resguardando las condiciones sanitarias, sino también para constituirnos como una sociedad empática y solidaria.