La responsabilidad social en la cima de la pirámide

La pandemia no ha terminado y sin embargo, pareciera no tener el mismo efecto en los vecinos y vecinas que en líneas generales han relajado el cuidado en zonas de alta concentración demográfica, como pueden ser la Capital Federal y el Conurbano Bonaerense. En este sentido, la responsabilidad sigue siendo colectiva, pero preocupa el aumento de los casos de coronavirus, aun cuando la vacunación avanza también al mismo ritmo.

Lo que no se tiene en cuenta es que para la llamada “inmunidad de rebaño”, por la cual gran parte de la población esté vacunada para evitar las grabes causas al contraer la enfermedad, falta mucho y el mundo todavía no está preparado para esa posibilidad. Ahora es cuando cuidarse, parece una condición necesaria para  que la derrota final del COVID 19 sea posible. En ese camino hay una información que es clave: vacunarse no implica no contagiarse, implica tener menos consecuencias fatales al contagio.

De la misma manera, hay que tener en cuenta que no estamos en las mismas condiciones que cuando arrancó la pandemia: hoy en la Argentina y en el mundo, no es posible pensar en el cierre de ninguna economía. El congelamiento mundial y el empobrecimiento generalizado, no solamente ha puesto en discusión matrices productivas en el mundo, sino también modelos económicos que ya eran endebles han precipitado su colapso.

Por lo tanto, cuidarse no es solamente una responsabilidad en términos sanitarios, sino también en términos políticos. Nunca quedó más claro que la economía, como las diferentes aristas de nuestro país, es una responsabilidad compartida. El momento de repensar la empatía de las capas de la sociedad, sostener un crecimiento más democratizador de las herramientas sociales y fundar las bases de una sociedad más justa y solidaria, es ahora.

La pandemia sanitaria no ha terminado, pero la avalancha de revanchismos, el egoísmo y la individualidad de una interacción social poco solidaria que concentra la riqueza dejando a su paso la opresión hacia los más vulnerados, tiene que acabarse para dejar paso a una Nación donde solo levantemos una mano hacia el otro, para ayudarlo a levantarse y todos juntos abordemos el camino de la igualdad.