Salud Pública

La Salud Pública es una disciplina que ejerce y regula el Estado, pero que a su vez compromete a toda la sociedad, de manera que puede afirmarse que es una cuestión pública que interesa a todos y que construimos entre todos. En los Sistemas de Salud Mixtos como el que se observa en la Argentina, Inglaterra, Canadá y otros países con sus correspondientes diferencias,  la Salud Pública está representada por componentes del Sector Público, el Sector Privado tanto empresarial como particular, las Obras Sociales y el Sistema de Prepaga. Todos estos sectores deben cumplir funciones esenciales de la salud pública siendo que las mismas no son responsabilidad exclusiva del Sector Público, si bien este es primordial y prioritario pues brinda cobertura a los excluidos del Sector Privado, de las Obras Sociales y Prepagos.

El objetivo de la Salud Pública es encargarse de la protección y mejora de la Salud Humana. Esto implica mejorar la calidad de vida de todos los seres humanos sin importar su origen, religión, pensamiento político, afiliación, edad, género, nivel socio económico o cualquier otra condición que signifique una discriminación en sentido práctico. No obstante, al momento de planificar y actuar, la Salud Pública deberá prestar atención a estas condiciones y caracterizaciones poblacionales a los efectos de asegurar accesibilidad a los grupos vulnerables.

Podríamos decir también que la Salud Pública es un cúmulo de saber organizado de carácter multidisciplinario, pues abreva de otros saberes representados por las ciencias biológicas, sociales, conductuales y sanitarias. Es el pilar fundamental de la instrucción y formación de cualquier profesional de la salud. De allí la necesidad constante de actualizar y profundizar los contenidos al respecto de los programas que rigen estas formaciones profesionales.

Pero lo más importante que podemos decir de la Salud Pública es lo siguiente: para los más desfavorecidos, los niños, los ancianos, los pobres, los no educados, y tantos otros, la Salud Pública representa un camino que nos iguala frente a aquellos más favorecidos, pues fuera la vulnerabilidad que tuviéramos, una Salud Pública organizada garantiza que todos tengamos iguales oportunidades, tanto ricos como pobres o de clase media, tanto hombres o mujeres o en situaciones de búsqueda de identidad, económicamente activos o pasivos, la Salud Pública lucha para que todos seamos tratados iguales en el sistema de salud, con iguales oportunidades de prevención, de diagnóstico, de tratamiento y de rehabilitación.