Una pascua diferente

 

La extensión del aislamiento social obligatorio obliga a replantearnos algunas cuestiones. En primer lugar, viene bien un balance. Tal como en una suerte de clase magistral el presidente la nación, Alberto Fernández, refrendó en la conferencia de prensa del día 10 de abril, hasta aquí la cuarentena ha servido. Pero para qué sirvió, preguntan algunos. Bueno, la respuesta es clara: así como desde el primer día se aclaró, contagios va a haber, y bastantes, pero el aislamiento social achata la curva. 

Achatar la curva solo permite que todos los contagios que van a llegar puedan acceder al sistema de salud y tengan la posibilidad de recuperarse. Decíamos hace algunos días nada más, que nuestro país es uno de los más adelantados del mundo en lo referente a las decisiones políticas y tampoco nos hemos equivocado. 

Lo cierto es que las decisiones políticas y la conducción del país en el rumbo adecuado están permitiendo que los contagios de una pandemia mundial que está haciendo estragos en varios países del mundo, lleguen a los hogares argentinos paulatinamente. Que no se conviertan en un arma mortal en la mayoría de los casos y que lleguen a la atención necesaria. 

Pero lo cierto también, es que la solidaridad de la gente es fundamental. Fernández en su conferencia de prensa afirmó algo fundamental: “yo puedo hacer dictar todas las medidas necesarias, pero sin la ayuda de la sociedad, ninguna medida funciona”, y en parte así es. Por ello, es importante entender que en este barco estamos todos juntos. 

No falta poco, seguramente queden los momentos más difíciles de vivir, eso nadie lo niega. Seguramente queden situaciones políticas y económicas complejas que asumir, porque también posiblemente cuando salgamos de esta crisis mundial, ni nosotros, ni las relaciones sociales, ni la realidad como la conocemos sea la misma. 

Por eso, en estas pascuas, estar más unidos que nunca es la clave, abrazarnos a la distancia, decirnos cuanto nos queremos y abrazar con el alma a los nuestros, a quienes no conocemos pero todos los días exponen sus vidas para hacer que las nuestras sean más llevaderas, a quienes nos ven desde el otro lado de una pantalla, o no nos ven pero nos escuchan con el corazón. Tiremos al universo una suerte de esperanza que nos hermane, y soñemos que es ese universo el que siempre se encarga de acomodar las cosas. Felices Pascuas.