La herencia de Macri: creció la desigualdad entre ricos y pobres

El 10% más pobre de la población concentraba el 1,2% del total de ingresos, mientras que el 10% más rico concentraba el 32,4%, al término del tercer trimestre del año.

En medio de las discusiones sobre cómo superar la crisis económica que dejó como herencia Mauricio Macri y sus secuaces, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio a conocer un informe que confirma que creció la brecha entre ricos y pobres. El Coeficiente de Gini ahora pasó a ser de 0,449 en el tercer trimestre de 2019.

De este modo, el organismo difundió cifras que señalaron que el 60% de los habitantes ganaba hasta 25.000 pesos al término del tercer trimestre del año, en medio de un deterioro de la distribución del ingreso.

Asimismo, el informe «Distribución del Ingreso» detalló que el 10% más pobre de la población concentraba el 1,2% del total de ingresos. En tanto, el 10% más rico concentraba el 32,4%, al término del tercer trimestre del año.

En este marco, el Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas alcanzó en el tercer trimestre del año un valor de 0,449 puntos, contra 0,422 de igual período del 2018.

El Coeficiente de Gini es una herramienta que se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país. El mismo es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).


Deuda y fuga 

Desde diciembre de 2015 hasta septiembre de este año, el pasivo externo se incrementó en U$S 103.808 millones a un paso constante, que se desaceleró levemente en los últimos meses. En el primer año, el Gobierno incrementó el pasivo en U$S 31.026 millones y el segundo en U$S 68.901 millones.

De todas las divisas que se consiguieron por el aumento de la deuda en dólares y euros, U$S 93.667 millones salieron del sistema financiero argentino a un ritmo similar. Ese monto que equivale al 90,1% del pasivo externo contraído. La excepción fue entre finales de 2016 y principios de 2017, cuando el blanqueo de capitales mitigó la fuga.

“Como en todo régimen de acumulación basado en la valorización financiera, la deuda no se contrae para obras de infraestructura sino para garantizar las divisas que se requieren para la fuga de capitales”, analizó Cifra en su último informe, en el que hizo un resumen de la gestión casi concluida del macrismo.

Contrario a lo que alega Macri, el mega endeudamiento tampoco sirvió para reducir el negativo de las cuentas públicas y cerrará este año en una cifra muy cercana a la última de Cristina Kirchner. El déficit primario (ingresos menos gastos corrientes) era del 3,8% del PBI en 2015, pero el financiero (que contabiliza el flujo de capital) fue del 5,1%, de acuerdo al Centro de Información y Formación que orbita la CTA.

El rojo primario se convirtió en un leve superávit de 0,2% en los primeros nueve meses de 2019. Sin embargo, el gigantesco pasivo provocó que por el pago de los intereses, el déficit fiscal total ascienda al 4,7% del PBI.