Cómo será la estación espacial en la Luna

La vida de la Estación Espacial Internacional (ISS) tiene fecha de caducidad. En 2024, la casa de los astronautas de EE UU, Rusia, Europa, Canadá y Japón «cerrará sus puertas» de manera definitiva para dejar espacio al nuevo proyecto denominado Puerta al Espacio Profundo (Deep Space Gateway, en inglés).

La nueva estación espacial dependerá de EEUU y Rusia, que ya firmaron una declaración de cooperación para asentarse en la Luna. Los próximos en sumarse al plan serán las agencias espaciales de Europa (ESA), Japón y Canadá.

El anuncio del acuerdo llega luego de que tanto Rusia como China ya habían expresado de manera oficial sus intenciones de construir sus propias bases en el satélite natural de la Tierra, con el objetivo de entrenar a sus astronautas para futuros viajes a Marte.

Estos anuncios habían causado malestar en organizaciones como la NASA, que ante el temor de la monopolización de la Luna por parte de una potencia extranjera, aceleró un acuerdo global, en el que tuviera un rol claro y liderazgo.

«Al menos cinco países están trabajando en la creación de sus propias naves tripuladas. Con el fin de evitar problemas en el futuro en la cooperación técnica, se debería unificar una parte de las normas, por la posibilidad de que los diferentes países trabajen en sus productos y se unan a la estación internacional en la órbita de la Luna», explicó Igor Komarov, director general de Roscosmos, durante la presentación del pacto firmado en Adelaida (Australia) durante el Congreso Internacional de Astronáutica.

El acuerdo además incluye la utilización de los cohetes rusos Proton y Angara para la construcción, así como la nave de grandes dimensiones que está siendo construida por Roscosmos.

La base selenita será utilizada como puerto de partida para las próximas misiones tripuladas a Marte y otros puntos del Sistema Solar. Durante la primera fase de construcción, estipulada para mediados de la próxima década, se transportarán a la órbita lunar los tres módulos de la estación: uno para generar energía, otro con la «casa» de los cosmonautas y el tercero con laboratorios. Por otro lado, la nueva estación servirá como «nave nodriza» para misiones de exploración lunar, con o sin tripulación.

«Declaraciones como la firmada con Roscosmos muestran que el concepto de Deep Space Gateway es un buen ejemplo de exploración espacial asequible y sostenible», comentó Robert Lightfoot, director de la NASA.

Una vez finalizada la construcción, que estiman que tardará 5 años, el sistema de transporte entre la Tierra y la Luna se realizará a través del cohete SLS -en construcción por la NASA-, que se considera como el más potente del mundo, junto a las cápsulas Orion, cuyos propulsores y sistema de soporte vital fueron construidos por la Agencia Espacial Europea (ESA).