Sarampión en el AMBA: otra epidemia que el Estado mira desde la tribuna
Los médicos advierten sobre un brote en el conurbano y exigen acción urgente. Mientras tanto, el Gobierno parece estar ocupado en otras prioridades.

El sarampión volvió a encender las alarmas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Ya son ocho los casos confirmados y los especialistas advierten que, si no se actúa con rapidez, podría convertirse en una epidemia. La solución es clara y directa: vacunación masiva. Pero, como siempre, la política sanitaria parece estar en piloto automático.
El Colegio de Médicos de la provincia de Buenos Aires lanzó un comunicado contundente: “Frente al reciente brote detectado en el AMBA, refrendamos a la vacunación como la única herramienta posible para evitar una epidemia en CABA y todo el territorio bonaerense”. Es decir, que la solución está a la vista. Pero una cosa es lo que recomiendan los expertos y otra es lo que hace el Estado.
El virus, altamente contagioso, se propaga por el aire y puede permanecer activo en superficies hasta dos horas. No existe tratamiento específico, solo medidas de sostén clínico. O sea, si te enfermaste y no estás vacunado, que Dios (o el sistema de salud público) te ayude.
El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, confirmó recientemente cuatro nuevos casos: un adulto sin registro de vacunación, un bebé menor de un año y dos adolescentes de 16 y 19 años. “Con estos 8 casos de sarampión, la situación se vuelve cada vez más difícil. Necesitamos con suma urgencia un Estado nacional que pueda tomar la conducción e invertir los recursos necesarios para contener el avance”, afirmó. Traducido: si nadie hace nada, esto se va de control.
A fines de febrero, el gobierno bonaerense lanzó una campaña de refuerzo de vacunación para menores. Pero la pregunta clave es: ¿basta con eso? Para evitar que el sarampión se convierta en un problema mayor, los especialistas recomiendan una dosis extra para los más vulnerables:
- Niños de 13 meses a 4 años que hayan tenido contacto con casos confirmados.
- Bebés de 6 a 11 meses en la misma situación recibirán una dosis “cero”, que no cuenta para el esquema regular pero los protege mejor.
El problema es que en la Argentina de la inflación galopante, los sueldos que no alcanzan y un sistema de salud público al borde del colapso, hablar de prevención suena a ciencia ficción. Hace apenas unos años, el país había logrado erradicar el sarampión. Hoy, con vacunas disponibles, está en riesgo de volver a convertirse en una amenaza.
Entonces, mientras los especialistas insisten en que la solución está al alcance de una inyección, el Estado sigue en su clásico juego de la burocracia y la improvisación. Y como siempre, la gente es la que paga las consecuencias.