Confirmaron el procesamiento y la preventiva para un policía acusado de encubrimiento

 

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional ratificó el fallo contra el agente porteño Facundo Agustín Matías Torres, acusado de «plantar» un arma de utilería en el auto donde viajaban el futbolista de 17 años asesinado en noviembre de 2021 en Barracas y sus amigos. 

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó este miércoles el procesamiento y la prisión preventiva para Facundo Agustín Matías Torres, el policía detenido el mes pasado como acusado de colaborar con la maniobra de haber «plantado» un arma de utilería en el auto de las víctimas en el crimen de Lucas González, el adolescente de 17 años asesinado en 2021 en Barracas y por el que el martes pasado fueron condenados nueve efectivos de la Policía de la Ciudad, informaron fuentes judiciales.

El fallo es de la Sala 4 del mencionado tribunal, integrada por los camaristas Ignacio Rodríguez Varela y Hernán López, y representa el paso previo a que el expediente sea elevado a juicio y, por lo tanto, que por este caso haya en el futuro un segundo debate oral.

Los jueces confirmaron el procesamiento y la prisión preventiva que el 14 de junio había dictado la jueza en lo Criminal y Correccional 7, Vanesa Peluffo.

Torres quedó procesado como presunto autor de los delitos de «falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser el delito precedente especialmente grave, e imposición de torturas»; y se le trabó un embargo de 1.200.000 pesos.

El oficial de la Policía de la Ciudad fue involucrado en la causa el jueves 1 de junio pasado cuando uno de los condenados el martes por el encubrimiento del caso, el principal de la Comuna 4D Héctor Claudio Cuevas (51), declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 y lo señaló como uno de los policías que ayudó a plantar el arma en el auto en el que iban los chicos con el fin de simular un enfrentamiento con supuestos delincuentes.

De acuerdo con la declaración de Cuevas, ese día Torres arribó a la escena del crimen en una moto y colaboró con el oficial Gabriel Alejandro Isassi -uno de los tres condenados por el homicidio a prisión perpetua-, en la maniobra de encubrimiento, llevándolo en su vehículo hasta la comisaría 4D para ir a buscar el arma falsa.

Siempre según Cuevas, Isassi fue quien «tira el arma» en la parte trasera del vehículo, luego de que otro de los policías condenados, el subcomisario Roberto Orlando Inca, le dijera «anda a poner eso».

«La secuencia descripta por el coimputado Héctor Claudio Cuevas durante el debate oral se vio respaldada por el material probatorio colectado», afirman los camaristas en el fallo y le atribuyen a Torres algunas frases como «lo que hicieron los polis no tiene nombre», «unos dementes», «encima le ponen una pistola de juguete», «yo fui el primero en llegar y vi todo lo que hicieron».

También mencionaron «el resultado de los informes de geolocalización remitidos por la Oficina de Transparencia y Control Externo de la Policía de la Ciudad sobre los movimientos de Torres a bordo de la motocicleta Kawasaki Versys», con los que reconstruyeron el camino de ida de la escena a la comisaría y viceversa.

«Tales elementos permiten, en principio, tener por acreditado que Torres, a los pocos minutos del tiroteo, se dirigió junto a uno de sus protagonistas hasta la seccional policial, donde ingresó rápidamente para tomar la réplica y entregársela a su acompañante, a quien después trasladó hasta donde se hallaba la Volkswagen Surán en cuyo interior fue aquella colocada, alterando de tal modo la escena del crimen con el objetivo de encubrir el delito previamente cometido», dice el fallo.

Los camaristas afirmaron que «tampoco resulta verosímil» el descargo que brindó en su indagatoria Torres, cuando dijo que había ido con Isassi a la comisaría a buscar «cinta de Peligro».

Y concluyeron: «La prueba recabada conduce a afirmar con convicción que el imputado estaba en cabal conocimiento de lo realmente ocurrido con los damnificados y participó activamente del plan urdido posteriormente para justificar el accionar de los miembros de la brigada, por lo que su procesamiento resulta ajustado a derecho y a las constancias de la causa».