Claves para educar a tu gato: ¿responden a los refuerzos positivos?

 

Es mucho más recomendable premiar una conducta «buena» que reprender o castigar una conducta «mala».

En demasiadas ocasiones solemos escuchar que a los gatos no se les puede educar, que sus conductas no deseadas no pueden ser manejadas… ¡Nada más lejos de la realidad!

Un gato reaccionará adecuadamente a las pautas educativas pensadas para su especie, pero lo que sin duda no suele producir resultados es la utilización de las pautas empleadas habitualmente en el caso de los perros.

El refuerzo

Esta forma de actuar sobre la conducta de un animal supone la aplicación de un estímulo positivo por la realización de una acción.

En líneas generales podemos asegurar que es mucho más adecuado premiar una conducta «buena» que reprender o castigar una conducta «mala».

Refuerzo positivo

El refuerzo positivo consiste en la aplicación de un estímulo positivo para el animal justo después de haber efectuado una respuesta; en la mayoría de los casos los refuerzos positivos utilizados son aquellos que satisfacen necesidades básicas del animal como alimento, cariño y juego.

Para que el refuerzo positivo sea plenamente efectivo debemos tener presente que solo deberá aplicarse cuando obtengamos del animal la respuesta deseada; es evidente que si premiamos cualquier acción del animal nunca conseguiremos una conducta determinada mediante el refuerzo positivo.

El mayor problema del refuerzo positivo es que su mal uso puede ser el origen de muchas conductas no deseadas: ejemplo de refuerzo positivo mal aplicado es el del propietario que «consuela» al gato agresivo o miedoso… lo que el gato puede interpretar es que se está premiando su miedo o su agresividad.

Al igual que en el castigo la capacitación del «castigador» es fundamental, en el refuerzo la imagen del «reforzador» también es vital; esta persona debe tener claro el método y su forma de aplicación; para ello tendrá que hacer caso a las recomendaciones del profesional tras la valoración concreta del caso; posteriormente tendrá que tener claros conceptos como que cuanto más valioso es el premio más rápido es el aprendizaje; también es fundamental que el «reforzador» valore si los premios propuestos por el especialista funcionan de la forma deseada en su gato, incluso el «reforzador» puede sugerir al especialista cuales serían los premios más sugerentes para su animal.

Y tengamos presente: no actuemos sobre el comportamiento del animal sin que existan previamente las imprescindibles recomendaciones y pautas de un profesional cualificado en etología.