Volver para ser mejores

 

De a poco vamos volviendo entrando en la normalidad con los cuidados necesarios para afrontar esta nueva etapa. Con el pase sanitario, y vacunas en mano, podemos pensar en que aquellos días de aislamiento han quedado atrás y que entramos en una etapa en la que el COVID-19 puede empezar a convertirse en una enfermedad más. La propuesta repensar alternativas de esta nueva normalidad funcionó: esperamos que hasta en las escuelas los chicos puedan acceder a las clases normalmente.

La sociedad entendió, en gran medida, que vacunarse no es una cuestión de libertad individual, sino una cuestión de responsabilidad social que nos atañe a todos. De la mano de la vacunación (tan criticada en un primer momento por algunos sectores), la reactivación es un hecho y la posibilidad de pensar un proyecto de país también.

En este contexto, no podemos seguir pensando aisladamente, necesitamos poner en práctica las enseñanzas de la pandemia: la mirada solidaria, equitativa, que nos interpela a pensar en una distribución de las riquezas de manera más justa acortando las brechas entre los que menos tienen y los que mucho ostentan.

No es un trabajo fácil: parar la inflación, detener la pobreza, que ha afectado al mundo entero, pero aquí es donde la confianza en el proyecto político juega un rol fundamental, donde la defensa de la soberanía es clave para arrancar una nueva etapa. Pensar las políticas públicas desde una mirada inclusiva, con un Estado garante de derechos.

Hasta aquí, la gestión de la pandemia podemos decir que fue un éxito, pero ahora comienza un desafío del cual también somos parte y que es poner a nuestra Nación de pie, y eso no se consigue solamente desde lo económico, se necesita también cerrar una brecha que ha separado nos ha separado en dos mundos. Siempre recordemos que esos dos mundos no nos hacen muy diferentes los unos a los otros y así transitar ese camino que nos una puede no ser tan difícil.