Murió un enfermero que no se quiso vacunar

 

Curzio trabajaba en una UPA en las afueras de La Plata. Sus compaleros lo instaron a vacunarse, pero él dijo que tenía «dudas».

El enfermero tenía 51 años y «era una persona sana, no estaba dentro del grupo de riesgo por algún problema de salud. Sólo era tabaquista y recién el año pasado había empezado a usar los cigarrillos electrónicos», contó Ramos.

El personal de la UPA Los Hornos colabora en la campaña de vacunación que se está llevando adelante en el Hospital San Juan de Dios de La Plata porque «sabíamos que íbamos a ser una futura sede de vacunación. Lo hacíamos para dar una mano y para sumar experiencia».

Ramos contó que «de los 100 turnos que se daban por día, sólo iban entre 20 y 30 personas. Esos turnos libres los fuimos ocupando con el personal de salud que no accedía al turno. Por ejemplo, cuando faltaba una quinta persona en el grupo de vacunación, llamábamos y vacunábamos».

Pero Curzio no se quiso vacunar, dijo que «prefería esperar».

«Lo que nos limitó no fue el acceso a la vacuna sino la campaña de desinformación que se hizo que hasta hoy haya gente que no se quiera vacunar. A Salvador, la semana anterior a que se contagie, le dije que se pusiera las pilas pero me dijo quería esperar, que no había muchas explicaciones. Y eso fue por miedo, por la desinformación que se creó. Imaginate que una compañera no quería vacunarse porque pensaba que iba a quedar estéril. Al final se terminó vacunando», señaló el médico.

Curzio se desempeñaba como enfermero de guardia, y se contagió de coronavirus en la primera semana de febrero. Tuvo una mala evolución y los últimos 20 días debió ser internado en la terapia intensiva del Hospital San Juan de Dios donde finalmente hoy murió.