Luego de la muerte de Aguirre, trabajadores renuevan sus pedidos de insumos a Rodríguez Larreta

 

Los trabajadores de la Salud del hospital Rivadavia del barrio porteño de Recoleta comenzaron a comprar sus propios elementos de bioseguridad y luego de la muerte del enfermero José Aguirre renovaron sus reclamos por la cantidad y calidad de los insumos que les proveen para atender a pacientes Covid-19.

Franco Aguirre, hijo del enfermero que murió el domingo, dijo que «mi viejo era muy cuidadoso en su trabajo todo el tiempo, siempre tomaba todas las precauciones que podía tomar y cuando empezó la pandemia a todos nosotros nos pedía insistentemente que no saliéramos a la calle».

«Días antes de caer enfermo, cuando diagnosticaron con Covid-19 a otros enfermeros del hospital, él me pidió que le busqué en internet insumos de protección personal de buena calidad para comprarlos él mismo y tenerlos porque no sentía que los que le proveía el hospital fuesen suficiente, también me contó que varias veces le negaron los barbijos», apuntó.

Albertina, enfermera del Hospital Rivadavia y compañera de José, dijo a Télam que «cuando comenzó la pandemia muchos de nosotros comenzamos a usar barbijos por decisión personal y en el hospital nos retaron porque decían que estábamos haciendo mal uso de los recursos, José se había comprado un barbijo N95 y se había hecho una máscara con una radiografía porque era muy cuidadoso con él y con los demás, tanto que le regaló un barbijo N95 a una compañera asmática y le exigió que extreme su cuidado».

Graciela Bruno, enfermera del Hospital Rivadavia y compañera de José, dijo a Télam: «a mi ahora me toca estar en la carpa en la que se recibe a pacientes con cuadros febriles y ahí no nos falta nada, pero sé que al principio de la pandemia en los servicios en distintos pisos del hospital faltaban insumos o te dicen que un barbijo te tiene que durar siete horas; por eso muchos de nosotros terminamos comprando insumos de nuestro bolsillo; yo me tuve que comprar unas antiparras de 1.400 pesos porque las de plástico que te proveen no te alcanzan a cubrir bien».

Gastón Salega, enfermero, dijo a Télam que «José venía expresando su preocupación por el Covid-19 en las charlas entre compañeros, veníamos preocupados porque en un momento teníamos contagiados 40 compañeros y había 47 pacientes internados».

Salega subrayó que «los trabajadores ya habíamos denunciado la falta de elementos de bioseguridad, además al principio no había salas preparadas para pacientes de Covid-19 y nos entregaron barbijos y camisolines que no cumplen con las normas sanitarias; por eso muchos compañeros los pagan de su bolsillo».

«La muerte de José fue muy dura, porque además muchas veces nuestros compañeros empiezan a presentar síntomas y no se termina de establecer cómo se contagian ni aparecen los insumos para cuidarnos», agregó.

«En el hospital existe un comité de crisis pero no tiene participación de los trabajadores y tampoco están los canales de capacitación suficiente, por eso sufrimos episodios como que se contagie todo el plantel de la unidad coronaria», completó.