La carta del médico terapista de CABA que conmociona las redes sociales
Un médico terapista envió una carta al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que se hizo pública y conmocionó a las redes sociales. En ella, pide explicaciones sobre la compra mayorista de barbijos que habrían sido pagados muy por encima del precio minorista.
Compartimos en La Urbe, la carta que fue viralizada en todas las redes sociales y que espera una pronta respuesta de la conducción de la ciudad autónoma de Buenos Aires.
Hola Horacio,
Puedo imaginar lo extremadamente ocupado que estarás en estos momentos, pero te pido por favor que te tomes unos pocos minutos para leer esto, intentaré ser breve.
Me llamo Fernando Luna y soy médico especialista en terapia intensiva en uno de los hospitales dependientes del gobierno de la CABA. Te imaginarás lo ocupados que estamos nosotros también, cubriendo nuestros puestos y realizando tareas de capacitación para colegas, buscando organizarnos de la mejor manera por si las cosas se ponen peor.
Esta mañana, escuchando la radio, me enteré de que el gobierno de la CABA compró, mediante la resolución 115/SSASS/20 del 6 de abril pasado, 15.000 barbijos “tipo 3M” al precio de $ 3.000 cada uno a la empresa Green Salud S.A. Es decir, la ciudad compró, con el dinero de todos nosotros, unos barbijos a un precio cinco veces superior al que se consigue en minoristas (en este mismo momento se venden en Mercado Libre a $ 600).
La semana pasada, en nuestros hospitales, empezaron a entregar a cada uno de nosotros, bajo firma, materiales de protección personal: un barbijo N95, unas antiparras y una especie de máscara facial. Digo “especie” de máscara porque se trata, en realidad, de una lámina de plástico con una vincha del mismo material y dos bandas elásticas (sí, dos “gomitas”) para sujetarla. En nuestro hospital y en muchos otros, al personal de terapia intensiva, de guardia de urgencias, de clínica médica y de triage le dieron esas láminas. Es decir, al personal que se encuentra más expuesto, a quienes debemos recibir a los pacientes infectados, a quienes debemos tomar los hisopados diagnósticos, los que debemos intubar a los pacientes graves y manejar sus vías respiratorias, nos dieron ESO. Una lámina de plástico, para armar, en un sobre de papel madera, sin marca, sin ninguna leyenda que documente qué normas de calidad cumplen ni si son aptas para uso médico. Tengo entendido que fueron donadas por la empresa COTNYL, un fabricante de productos plásticos que se puso a fabricar y donar máscaras. La acción de estos empresarios es realmente loable, y se merecen todo nuestro reconocimiento. Pero los profesionales que estamos expuestos a los procedimientos de mayor riesgo no podemos usar ese material. Si una de esas gomitas se corta en el momento en que estamos intubando a un paciente infectado, las chances de contaminarnos son altísimas.
En nuestra terapia intensiva tenemos dos máscaras faciales de las buenas (y caras). Las compramos los médicos del servicio, con nuestro dinero. ¿Te imaginás, Horacio, lo que sentimos cuando estamos trabajando en el lugar donde nadie quisiera estar, con las licencias suspendidas hasta nuevo aviso, con la posibilidad de tener que hacer horas extras obligatorias si las cosas se ponen feas, pensando en mandar a nuestros hijos a vivir con familiares para no exponerlos al riesgo de contagio, pagando el material de protección de nuestros bolsillos y vemos que nos entregan material no apto para protegernos, mientras unos vivillos se hacen el negocio de sus vidas con esta pandemia?
Te aseguro que nada está más lejos de mí que apelar a la figura del heroísmo, no somos ningunos héroes, somos profesionales haciendo el trabajo que nos corresponde, pero no tenemos por qué hacerlo sin las medidas de protección adecuadas. Tampoco pretendo usar esto con finalidades de política partidaria; esto es a los esfuerzos de tu gestión (que los hay y los veo desde que esto comenzó) lo que la compra de alimentos a precios inflados fue la semana pasada a los del presidente Fernández.
Tengo en claro que no soy representante de nadie ni tengo ningún tipo de autoridad para exigirte nada. Por eso te pido, por favor, lo siguiente:
– Explicanos públicamente, a todos los trabajadores de la salud, por qué se hizo esa compra a precios obscenos, quiénes fueron los responsables de la compra y quién fue el empresario que se benefició con ella. La carta de la escasez de oferentes no es jugable, un empresario no puede torcerle el brazo al Estado.
– Hacé todo lo que esté a tu alcance para dar marcha atrás con esa compra. Hay miles de ciudadanos viendo sus economías derrumbarse con esta situación, no es justo que su dinero vaya a los bolsillos de los abusivos inescrupulosos de siempre.
– Hacé lo necesario para que el personal que se encuentra más expuesto al riesgo de contagio reciba el material, de la calidad adecuada, para proteger su salud y la de todos los demás, porque un médico contagiado es un médico menos trabajando para la comunidad.
Te lo digo con toda sinceridad: mi intención es siempre sumar, mi esperanza es poder creer y hasta, si se puede, sentirme orgulloso de mis gobernantes. Pero siempre hay funcionarios que no están a la altura de las circunstancias, y siempre terminamos siendo los mismos los que hacemos lo correcto. El funcionario que no esté a la altura no puede seguir en el gobierno.
Si llegaste hasta acá, te agradezco mucho por haberme dedicado un rato de tu tiempo y te repito que todo esto te lo escribo con la mejor intención. Un abrazo (a metro y medio de distancia).
13 de abril de 2020.
Fernando Luna
DNI 23.669.290