El COVID-19 en términos de soberanía

 

Podríamos remitirnos a cualquiera de nuestras editoriales cuando decíamos que el problema fundamental de la Argentina es que se debate de forma permanente entre dos modelos de construcción colectiva político- social: un modelo donde mande el mercado y las fuerzas productivas, el llamado modelo neoliberal; y otro donde la política y la sociedad tengan las riendas del futuro, mediante la protección del Estado.  

La puja en realidad, es un debate en torno a la soberanía y al rol del Estado en términos de pensarlo como una institución que tiene como principal objetivo velar por la seguridad de cada uno de sus integrantes bajo un sistema representativo. Para el segundo modelo que planteamos, es necesario un Estado grande.   

En ese marco, es que desde hace tiempo venimos hablando de un Estado garante de derechos, que en el contexto actual, se trata de un Estado garante del principal derecho al que accede el ser humano: el de la vida. Y en ese sentido, no hay dudas. 

Las medidas que se han tomado hasta ahora caminan por buena senda, más allá de la difícil situación económica que se va a complicar aún más conforme avance en el mundo la recesión económica en la región y en mundo. En ese marco, la Argentina ya venía de un marco recesivo de desaceleración de la economía y de años de decrecimiento económico. 

El COVID-19 acrecienta y pone de relieve una situación que estaba clara ya para la mayoría de la sociedad que también voto un cambio de rumbo en las últimas elecciones de octubre. En primer lugar, que ante la problemática económica y sanitaria que vive nuestra nación no existe una salida individual. En segundo lugar, que las naciones de la región (y porqué no del mundo), necesitan Estados fuertes y presentes para enfrentarse a las problemáticas y catástrofes globales que conduzcan con un alto grado de legitimidad y consenso en el pueblo. 

Para ello, pensar en un Estado soberano como institución más importante es imperioso, cuando todo esto termine (porque va a terminar), la discusión del rol del Estado es fundamental: coincidir en un Estado que pueda ser garante de derechos y que preserve la salud, la educación y la niñez, entre otras áreas importantes, es fundamental.