Cómo salir de la crisis y recuperar la soberanía
La carrera de la economía no cede, el dólar continúa escalando y la situación económica no da tregua. Muchos miran el dólar como algo lejano, que casi no tiene importancia porque en realidad sólo refleja “las posibilidades de irse al exterior de algunos que tienen la economía resuelta”, como diría Mariana, una vecina de Adrogué, mientras hace las largas colas para reclamar en Edesur una boleta mal impresa, con un pago imposible.
Lo que no sabe Mariana, es que esa puede ser un parte muy pequeña de realidad, pero que la escalada del dólar encierra otra cosa: que los precios que están atados a la moneda extranjera van a seguir trepando y que por supuesto, con ellos la inflación no va a parar de crecer, fundamentalmente el precio del combustible que volvió a aumentar, y que se traslada automáticamente a los alimentos. Ese “precio de la Canasta Básica de Alimentos”, que en los hogares cada vez tiene menos productos, y más incertidumbre y preocupación.
Lo que seguramente no advirtió es que el precio del combustible también va a empujar el precio de los pasajes en los transportes públicos y que aquel sueldo que le alcanzaba para cada vez menos, va a enfrentarse a un gasto que ahora también va a tener que costear.
Los vecinos no llegan a fin de mes, la crisis se cierne crudamente en el Conurbano Bonaerense, y no da tregua. A la situación de los precios se suma la falta de trabajo, la falta de consumo y el quiebre del sector PyME que no puede levantarse para reactivar la economía. Esperando ansiosos las elecciones algunos vecinos de Brown, escriben en los muros de las redes sociales que falta poco para “volver”.
Lo cierto es que para quien agarre el timón la cosa tampoco va a estar fácil, y tendrá la difícil tarea de hacer un viraje económico, pero en un país en llamas, en decrecimiento, económico y sin confianza política, con niveles de pobreza que hasta el día de hoy suman un 32 por ciento, y con una desocupación como hace años que no se ve, que estaría llegando a los dos dígitos.
Las elecciones se ven próximas, pero esta vez no debieran promover candidatos, sino hablar claramente de proyectos no solamente económicos, sino también políticos: que nos permitan recuperar la confianza en las instituciones, recuperar la situación económica de manera que los millones de pobres de hoy salgan de una vez por todas de las condiciones de indignidad en la que viven, y recuperar la soberanía que una vez está del otro lado de las fronteras.