Traspié de San Martín de Burzaco

Cayó frente a El Porvenir y deja olvidadas ya sus posibilidades de entrar en el reducido, con todo el dolor de la hinchada.

Desde Gerli, el conjunto de  Diego Galeano se hizo presente, con dos modificaciones: Los ingresos de Coria y Benavente por Alegre y Maxi Torres. La disposición entregaba una línea de cuatro defensores y a Céliz como mediocentro fijo, secundado por Regner y Ortigoza. En ofensiva, Barabas y Llodrá generando amplitud como extremos para abastecer a Ledesma.

Con un primer tiempo aburrido, sin color, y sin motivación el Azul intentaba un buen juego, pero ni el estado del campo ni las posibilidades de los jugadores permitían al menos entretener a los hinchas. El Azul encontraba claridad en los pies de Regner y profundidad cuando ubicaba a Barabas, que supo ganar casi todos los duelos individuales por el sector izquierdo.

El local, por su parte, no escatimaba en disputar lo más rápido posible la jugada en campo rival. Envíos largos a la espalda de los centrales rivales y a correr. El camino no parecía ser otro que ese, a menos que Argüello diera otro trato o una jugada aislada derivara en una oportunidad de gol.

Y así fue como llegó la apertura del marcador. Tiro de esquina y Zafarana saltó más alto que todos en los aires del Francisco Ghersinich. El joven defensor estampó un cabezazo perfecto que se coló en el ángulo izquierdo de Federico Scurnik y estableció el 1-0.

El complemento otorgó otro ritmo. Los de Burzaco llegaron temprano al empate por medio de un penal correctamente cobrado por el árbitro y bien ejecutado por Fernández. Esto impulsó la búsqueda de la visita que, por naturalidad, dejaba espacios en las transiciones. El partido encontró mayores espacios y, por ende, más profundidad. Las áreas ganaron acción y la tarde se volvió impronosticable.

Cuando todo parecía cerrarse en empate, un cierre defectuoso de Fernández hizo que el balón sobrepase la humanidad de su arquero, pegue en el palo y el efecto juegue a favor de la red. 2-1 y algarabía por un lado y desconcierto por el otro. La moneda del fútbol.

San Martín no pudo ante El Porvenir ni tampoco ante los fantasmas de sus infortunios. Lo cierto es que el próximo partido es vital para no alejarse definitivamente del Reducido. Cambaceres será su rival y una de sus últimas fichas si quiere mantener la ilusión.