Fiestas sin festejo

En medio de las fiestas y de cara al término del año los pronósticos se hacen realidad. Cientos de familias se quedan en la calle. El recorte más complejo se dio en los trabajadores del Estado Nacional y Provincial, pero los privados no se han quedado atrás a la hora de evaluar las reducciones de sus plantas.

En relación al Estado Nacional, ya desfilan los listados de despidos en todas las dependencias. En el mejor de los casos, reciben un llamado o un telegrama, en el peor, los espera un policía en la puerta de la dependencia (como en el Ministerio de Ambiente), con un listado en la mano y las malas noticias en la boca. El Estado Provincial de Buenos Aires, ya hace un par de semanas que está en conflicto. Varias dependencias no pueden garantizar que el recorte no llegue a sus oficinas. No garantizan las continuidades laborales, por lo cual hay dependencias, como la Unidad Ejecutora Provincial Bonaerense, continúan tomadas y sin garantías.

Los distritos, como en el caso de Quilmes o de Carmen de Patagones, no pueden sostener las estructuras municipales con los mismos trabajadores, y deberán reducirla.

Las cesantías vuelan y los privados no están mucho mejor. Firmas como BRF, de la Región Norte del corredor Zárate a San Nicolás, han despedido de un plumazo más de 180 trabajadores.  En Baradero ya se contabilizan 1200 despidos, y es que los aumentos, la devaluación, y la falta de consumo afectó principalmente al sector de producción y de servicios.

Mientras tanto, el gobierno parece no acusar recibo. La realidad es que la Gobernadora María Eugenia Vidal, está en este momento presentando el Operativo Sol en Mar del Plata, sin pensar que en la propia Capital de la Provincia los organismos públicos se están incendiando y cientos de familias no pueden ni pensar en vacaciones.

Por otro lado, el presidente Mauricio Macri, pasa sus vacaciones en el sur con el sentimiento de tarea cumplida, luego de acordar la firma en el congreso de la polémica Ley de Previsión Social, que puso en el tapete y comprometió las jubilaciones actuales y futuras.

Los índices de desocupación alarman a la sociedad. La realidad es que aquellos que han sido cesanteados, no tienen tampoco la esperanza de en breve, encontrar un trabajo que les represente una entrada de dinero representativa para sostener a sus familias. La pobreza cero quedó en el olvido. Hoy muchas familias vivirán unas infelices fiestas.