La batalla semántica y la batalla física
A poco tiempo de las elecciones generales, la batalla que comenzó como un silencio de semántica, se convierte poco a poco en una guerra no tan fría que interpela la sociedad. El primer golpe comenzó doler cuando quisieron cambiar la historia, cuando los 30 mil desaparecidos, dejaron oficialmente de ser 30 mil para el gobierno, cuando el 24 de marzo peligró como feriado nacional, como día de conmemoración y día de recuerdo de aquello que muchos de nosotros no queremos repetir, cuando empezaron a mirar a aquellas grandes heroicas y grandes luchadoras de los derechos humanos como “ancianas desequilibradas”, aquellas que con su rondas silenciosas a la plaza nos siguen erizando la piel.
Pero hasta ahí, la guerra fría contra la memoria, la verdad y la justicia, no era más que eso; una batalla que desde el miedo, el dolor y la injusticia, reivindicaba lo que muchos no queríamos ni pensar como posible, que había que reconciliar la memoria con esos mismos que dicen todavía que no se arrepienten de tanta muerte y tanto dolor.
Pero claro, hasta ahí Santiago maldonado estaba entre nosotros. Hoy la cosa es otra. La batalla semántica no alcanzó y los golpes comenzaron a ser físicos, reales, tangibles: hoy desapariciones forzadas en democracia están viendo la luz del sol, hoy quienes protestan por esas desapariciones forzadas comienzan a estar lentamente en peligro, hoy patotas de oficiales federales armados irrumpen en las Universidades para callar a quienes piensan diferente. Para callar a quienes piensan.
Como aquella noche de los bastones largos, como aquella nefasta época que pagaron 30 mil que hoy no están entre nosotros, como cuando la crítica era un pecado, como cuando luchar por la justicia no era parte de constituirnos como seres humanos y racionales, con ideas, con sueños.
Pero vivimos en otra época, en otra sociedad y seguimos defendiendo la democracia con todo lo que tenemos porque este sistema tiene esas cosas: la posibilidad de generar cambios desde la paz, desde la elección y desde el voto, y eso es lo que nos da una oportunidad.