Obesidad infantil: Piden regular la venta de alimentos para contener la epidemia
En ocho años, entre 2005 y2013, la obesidad aumentó un 43% en el país y actualmente la padece casi el 60% de la población mayor de 18 años. Pero si hay un grupo en el que este cuadro es particularmente preocupante es el de los chicos: la Argentina ocupa el segundo lugar en América latina y el Caribe por su tasa de sobrepeso en menores de 5 años (alrededor del 10% de ese segmento de edad), según el Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado recientemente por la OPS/OMS y la FAO. Y en los estudiantes de 13 a 15 años, afecta a uno de cada tres, según la Encuesta Mundial de Salud Escolar realizada en 2012.
Para enfrentar esta problemática sanitaria, la Organización Panamericana de la Salud, Unicef y la Dirección de Relaciones Internacionales de la Presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación convocaron desde ayer a las Jornadas sobre políticas regulatorias para la prevención del sobrepeso y la obesidad en la niñez y la adolescencia, según publicó el diario La Nación.
En la actividad, participan nutricionistas, representantes de sociedades científicas, legisladores, cámaras de empresas productoras de alimentos, otras agencias del sistema de Naciones Unidas como la FAO y el Banco Mundial, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y ONG con el objetivo analizar ejemplos exitosos de otros países de la región y diseñar un marco regulatorio que permita promover los alimentos más saludables.
Para las agencias sanitarias internacionales, el aumento rampante de la obesidad se debe a un cambio en el patrón de consumo de alimentos naturales y comidas caseras hacia productos ultraprocesados con alta cantidad de azúcares agregados, grasas saturadas y sal, y bajo valor nutricional. La Argentina se encuentra en los primeros puestos de la región por el consumo de estos productos.
«Tenemos que tratar de que los consumidores migren hacia los alimentos naturales y la cocina casera», dijo el doctor Fabio Da Silva Gomes, asesor regional de OPS en nutrición y actividad física. Según el especialista, en América latina todavía un 70% de los alimentos se preparan en casa.
Medidas ya probadas en otros países en pos de este objetivo, como Chile y México, incluyen el etiquetado frontal de alimentos (identificando claramente cuáles son altos en sodio, en grasas, en azúcares o en calorías); la regulación de la publicidad dirigida a los niños (evitando el agregado de personajes o juguetes que puedan incentivar la compra); la protección de los entornos escolares (tanto prohibiendo la comercialización de comestibles ultraprocesados como asegurando la provisión de alimentos seguros en los comedores escolares) y las políticas fiscales para gravar las bebidas azucaradas y otros alimentos no saludables.
«(La obesidad) aumenta el riesgo de padecer asma, diabetes tipo 2, apnea del sueño y enfermedades cardiovasculares -detalló la doctora Maureen Birmingham, representante para Argentina de OPS/OMS-. Afecta el crecimiento y el desarrollo psicosocial durante la adolescencia generando discriminación, baja autoestima, exclusión social y depresión y, con el tiempo, compromete la calidad de vida y la longevidad. Está asociada además con 14 tipos de cáncer y enfermedades osteoarticulares.»
En este momento, hay más de 100 proyectos en agenda para legislar la venta de alimentos «ultraprocesados» , aunque, según aclaró la diputada Graciela Cousinet, presente en las jornadas, «Ninguno está en condiciones de ir a sesión plenaria». La Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal), que participó en la reunión, hizo saber a través de un comunicado que «comparte la preocupación por los actuales índices de obesidad y las enfermedades crónicas relacionadas, y entiende que la industria ocupa un papel fundamental en la búsqueda de la solución al problema de la obesidad y del sobrepeso».
Y más adelante agrega que, dado que la obesidad tiene un origen multifactorial, «el éxito de las acciones para prevenirla dependerá del trabajo articulado entre los sectores público y privado, entre los gobiernos, la sociedad civil, la industria y todas las partes involucradas, comprometidos a resolver este problema global»