Cáncer de cuello uterino: una enfermedad que podemos controlar
Hay estudios de detección precoz y ahora también existe una vacuna, pero factores sociales y culturales, como la resistencia a realizarse los chequeos, hacen que todavía sea mortal.
El cáncer cervicouterino sigue siendo un problema de salud pública en Latinoamérica.
Está fuertemente asociado con la infección por el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés), que es de alto riesgo oncológico. Hay estudios sencillos para su detección, que consisten principalmente en el raspado de la abertura del cuello uterino para el análisis de las células. Sin embargo, esta práctica, que corresponde al ámbito de la citología, no ha tenido gran impacto en la meta de disminuir las tasas de incidencia y mortalidad de este tipo de cáncer, que aún se mantienen altas en la región y, desgraciadamente, en algunas zonas tiende a aumentar, circunstancia de la que Argentina no está excluida.
El 50 por ciento de las pacientes que presentan cáncer de cuello de útero nunca se hicieron un examen; el 25 por ciento, se realizó el último en un plazo previo de cinco años; el 10 por ciento, presentaba exámenes con resultados falsos negativos (el estudio citológico posee una precisión y certeza limitada); y un 15 por ciento, fueron perdidas en el seguimiento o tuvieron un manejo diagnóstico terapéutico equivocado.
A esta realidad se le agrega el gran aumento de los casos de infección por HPV. Para mejorar estas cifras y lograr disminuir la incidencia de la enfermedad y su mortalidad, se deberá asegurar el acceso y cumplimiento de lo que los especialistas denominamos “catastro citológico” (la realización de papanicolaou), así como su frecuencia sostenida en el tiempo.
La disponibilidad de nuevas técnicas moleculares para las pruebas de detección de lesiones precancerosas y la existencia de vacunas altamente eficaces que previenen casi todas las lesiones relacionadas con los virus que representan alto riesgo de desarrollar cáncer (como los tipos 16 y 18 de HPV), en mujeres no expuestas previamente, disminuirán en los próximos años las enfermedades relacionadas con esta infección.
El virus de papiloma humano está vinculado con el desarrollo de cáncer de cuello uterino y de otros tipos (de vagina, vulva, ano, pene, boca, lengua, faringe y laringe). Sin embargo, es importante tener en cuenta que es causa necesaria, pero no suficiente para el desarrollo del cáncer cervical. Para entender el porqué de esta afirmación, es necesario saber que no todos los tipos de HPV son capaces de llevar a la malignización de los epitelios, que son las células que forman la capa externa de las mucosas. Solo los pertenecientes al grupo de alto riesgo producen los cambios necesarios para generar cáncer y se destacan, más frecuentemente, los tipos 16, 18, 45, 33 y 31. De todas maneras, intervienen otros factores que incluyen al paciente y el tiempo.