La Iglesia advirtió sobre la fragilidad laboral y la pobreza
Lozano habló de los ‘miles de trabajadores sin acceso a sus derechos sociales’ que ‘no cubren sus necesidades elementales’.
La Semana Social, convocada por la Iglesia y que reunió en Mar del Plata a sindicalistas, empresarios, funcionarios y movimientos sociales, concluyó ayer con un mensaje en el que se expresa la preocupación por la «fragilidad de la condición laboral de miles» de argentinos, así como de los que «viven en la miseria y no cubren sus necesidades más elementales» y en el que se ratificó la importancia del «diálogo y la amistad social» para alcanzar consensos.
Así quedó plasmado en el mensaje final del encuentro, que tuvo como lema «Queremos ser Nación. Necesitamos ponernos la Patria al hombro», y del que participaron en su apertura -entre otros- la gobernadora María Eugenia Vidal, ministros del gobierno nacional, y representantes de las cinco centrales sindicales, que ratificaron ayer el camino de unidad del movimiento obrero. El tradicional encuentro se desarrolló durante todo el fin de semana en un hotel sindical, con la realización de mesas temáticas y talleres que trabajaron en torno a las «tres T» (tierra, techo y trabajo) que propone el papa Francisco y así hubo paneles sobre marginación y pobreza, derecho a la educación, administración de justicia, dignidad del trabajo y custodia de la tierra, entre otros.
«Nos preocupan los rostros concretos de quienes viven en la miseria y no cubren sus necesidades más elementales. Particularmente tuvimos en cuenta la necesidad urgente de una adecuada nutrición infantil», indicó el mensaje final.
Expresó la «preocupación por la fragilidad de la condición laboral de miles de hermanos; situaciones de precarización laboral en que están inmersos buena parte de los trabajadores, que no tienen acceso a sus derechos sociales ni protección del Estado y que son señales de alerta que no se pueden desoír». A modo de conclusión del encuentro, que fue presidido por los obispos de la Pastoral Social Jorge Lozano y Jorge Casaretto, se destacó » la importancia del diálogo, la cultura del encuentro y la amistad social como caminos para lograr el clima necesario para alcanzar los consensos».
El sábado, en lo que fue el plato fuerte del evento, las cinco centrales sindicales dieron señales de unidad «aún en las diferencias», en el marco de un panel llamado «Unidad sindical» y coincidieron en duras críticas al veto presidencial a la ley antidespidos, pero postergaron la definición de una eventual medida de fuerza conjunta para los próximos días.
Con un mensaje del papa Francisco en favor de «profundizar la cultura del encuentro», los líderes sindicales de la CGT Azopardo, Hugo Moyano; la CGT Alsina, Antonio Caló; la CTA, Hugo Yasky; la CTA autónoma, Pablo Micheli; y Luis Cejas en representación de Luis Barrionuevo de la CGT Azul y Blanca respondieron a la convocatoria de la Iglesia y dieron un nuevo paso en el camino de la unificación, a pesar de las diferencias que mantienen sobre la necesidad o no de convocar ya a un paro nacional ante el veto de Mauricio Macri a la ley de emergencia ocupacional.