Crecen las consultas por ataques sexuales y violencia de género
Luego del caso Thelma en un solo día crecieron 240 por ciento los llamados a líneas de ayuda y organizaciones que trabajan en la materia. El “efecto identificación”
Las consultas a las organizaciones que trabajan con violencia de género y la línea 144 se dispararon como consecuencia de la denuncia que hizo la actriz Thelma Fardin, y los especialistas explicaron que genera un “efecto de identificación” y un contexto favorable para que las víctimas sientan que serán “escuchadas”.
“La línea Nacional Contra el Abuso Sexual Infantil registró un aumento del 240%, de 16 llamadas recibidas el lunes a 55 recibidas ayer, y hoy continúan en aumento”, informaron desde el programa “Las víctimas contra las violencias”, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación”, y agregaron que “la línea 137, que acompaña a víctimas de violencia familiar y sexual en la Ciudad de Buenos Aires, registró un aumento del 18% (de 626 a 736)”.
Nicole Neiman, responsable de la línea que depende del Instituto Nacional de las Mujeres, informó por su parte que “si bien todavía no tenemos la estadística exacta, los operadores de la línea 144 nos informaron que registraron una cantidad muy superior de llamadas en estas últimas horas consultando por abuso sexual”.
Neiman explicó que “de la experiencia en atención en la línea conocemos que la violencia sexual es una de las violencias más difícil de exteriorizar o verbalizar por las mujeres. El corte de los llamados para las estadísticas se realiza de 0 a 24, con lo cual seguramente mañana (por hoy) podremos cuantificar el impacto, que seguro será muy grande”.
Por su parte, Carolina Abregú, referente de Furia Feminista, un colectivo que trabaja en al menos 19 ciudades diferentes del Conurbano bonaerense, precisó que “desde el martes a las 19.30 a hoy (por ayer) recibimos al menos 15 llamados con consultas vinculadas con abusos, cuando lo normal es una por día o cada dos días”.
Abregú indicó que “las consultas fueron de casos que se encuentran en diferentes instancias, algunas tiene denuncias penales que no avanzan, otras ni siquiera habían realizado la denuncia judicial”.
En tanto, la psicóloga Patricia Gordon, de la organización EnRed, informó que “en las últimas horas nos escribieron a la página unas seis personas, cuando lo habitual es una o dos consultas diarias. Algunas de las que se contactaron son madres protectoras por casos de abuso en la infancia pidiendo orientación, y otras mujeres adultas que no lo habían denunciado judicialmente e incluso no lo habían hablado con otras personas”.
Por su parte, Ada Rico, responsable de la Casa del Encuentro, indicó que “nuestra organización finaliza su atención cuando fue la hora de la conferencia, pero hemos previsto aumentar el horario porque sabemos del efecto cascada que este tipo de denuncias produce”.
En Salud Activa, una organización especializada en Abuso Sexual en la Infancia (ASI) que trabaja en red de consultorios en CABA y el Conurbano bonaerense, las consultas aún no se incrementaron pero su referente, la psicóloga María Beatriz Müller, no duda que comenzarán en breve.
“Los tiempos de las víctimas son lentos, de hecho esta joven tardó un tiempo en poder verbalizarlo; incluso hay quienes tienen estos hechos metidos en una amnesia; sin embargo, cuando estos casos se visibilizan, los sobrevivientes comienzan a animarse a denunciar”, aseguró la especialista.
Müller también señaló que “además del reconocimiento de la víctima, estos hechos generan un impacto sobre los adultos que aumentan sus alertas para con los niños que pueden estar en riesgo”.
En el mismo sentido, Gordon, de EnRed, coincidió que “una denuncia pública de esta envergadura, con todas las mujeres actrices apoyando, facilitan que las mujeres se animen a hablar porque sienten que serán contenidas, que se les va a creer”.
La especialista, que hace 20 años trabaja en las temáticas de género y abuso, concluyó que “durante años el contexto social operaba para garantizar el silencio; hoy, gracias al movimiento de mujeres, hay un clima más favorable para denunciar, y también una eliminación del sentimiento de culpa con el que cargaban las víctimas”.