Masiva Peregrinación a Luján en medio del ajuste económico: Miles claman fe y refugio en la crisis

La 51ª Peregrinación Juvenil a Pie a Luján movilizará a miles de fieles en un contexto de profunda crisis económica y social. La fe, en la tradicional caminata, emerge como refugio ante la incertidumbre, mientras AySA y Trenes Argentinos garantizan asistencia esencial en la ruta.

Este fin de semana se concretará la 51ª Peregrinación Juvenil a Pie a Luján, un evento que convoca a cientos de miles de argentinos a recorrer 60 kilómetros desde el barrio porteño de Liniers hasta la Basílica de Nuestra Señora de Luján. Más allá del ritual de fe, esta edición se lleva a cabo en un clima social marcado por el impacto del ajuste económico, la inflación desbordada y la consecuente caída del poder adquisitivo. Para muchos caminantes, la espiritualidad se convierte en un refugio y una forma de expresar la incertidumbre social que atraviesa el país, bajo la consigna «Madre, estamos en tus manos».

La magnitud de la convocatoria, que se espera sea masiva dada la intensidad del clima social, ha movilizado a entidades estatales para asegurar el bienestar de los fieles. Trenes Argentinos ha dispuesto un esquema de servicios adicionales y AySA (Agua y Saneamientos Argentinos S.A.) implementará un operativo clave de hidratación, buscando mitigar las dificultades que enfrentarán los peregrinos durante la extensa jornada.

Logística de asistencia e hidratación para los peregrinos

Una de las preocupaciones centrales en este tipo de eventos masivos es la correcta hidratación de los caminantes. En respuesta, AySA confirmó la instalación de 12 camiones cisterna distribuidos estratégicamente a lo largo de todo el trayecto entre Liniers y la Basílica.

La empresa estatal ha solicitado a los peregrinos que lleven su propio envase, como botellas o bidones, para facilitar y agilizar la recarga de agua potable. Este operativo es vital para la salud pública, especialmente considerando las largas horas de exposición a diversas condiciones climáticas que caracterizan la caminata.

Este gesto de provisión de agua potable adquiere un valor simbólico adicional en medio de un clima social tenso, exacerbado por las medidas económicas del gobierno de Javier Milei. Aunque tradicionalmente organizaciones sociales y parroquiales también suman asistencia con puestos de comida y atención médica, la intervención estatal subraya la dimensión y el impacto social de la Peregrinación a Luján.

Refuerzos de transporte para la masiva movilización

Para asegurar la fluidez del traslado de los fieles, Trenes Argentinos ha anunciado refuerzos significativos en el servicio de la línea Sarmiento, la vía de transporte más utilizada por los peregrinos.

Los servicios adicionales se enfocarán en conectar las estaciones de Moreno a Luján y viceversa, con un esquema que se extenderá desde el sábado hasta la tarde del domingo.

Servicios adicionales de Trenes Argentinos (Línea Sarmiento):

Tramo Sábado 4 de octubre Domingo 5 de octubre
Moreno a Luján 7:06, 9:26, 12:44, 15:04, 18:40, 21:00 y 23:39 2:00, 4:20, 7:06, 9:26, 12:44 y 15:04
Luján a Moreno 8:16, 10:36, 13:54, 16:14, 19:50, 22:10 y 0:49 (madrugada del domingo) 3:10, 5:30, 8:16, 10:36, 13:54 y 16:14

Además, se han programado trenes eléctricos especiales entre Liniers y Moreno para la madrugada del domingo, con salidas a la 1:05 y 3:15 desde Liniers, y a las 0:02 y 2:02 desde Moreno. Todos estos servicios realizarán paradas en las estaciones intermedias habituales.

La fe como respuesta a la incertidumbre y el ajuste

Desde 1975, la peregrinación se consolidó como una de las manifestaciones de fe popular más importantes de Argentina. Cientos de miles de personas, desafiando a menudo el clima adverso, caminan para cumplir promesas, agradecer o rogar por sus necesidades.

En el actual escenario de alta tensión social por las políticas de ajuste fiscal, la caída del poder adquisitivo y la incertidumbre laboral, el sentido de la caminata se intensifica. La oración y la espiritualidad se presentan como un refugio emocional frente a las penurias materiales y el sentimiento de vulnerabilidad que atraviesa gran parte de la sociedad argentina. El ritual popular refleja, una vez más, la profunda conexión entre la fe y la realidad socioeconómica del país.