Un millón de niños se acuestan sin comer: la alarmante crisis alimentaria en Argentina

La inseguridad alimentaria infantil en Argentina alcanza niveles críticos, con un millón de niños y adolescentes que se van a dormir sin cenar. Unicef advierte sobre la creciente desnutrición y la necesidad urgente de intervención.

La crisis económica en Argentina está dejando una marca devastadora en la infancia del país. Según un reciente informe de Unicef, alrededor de un millón de niños se acuestan sin haber cenado cada noche, mientras que 1,5 millones de menores se ven obligados a saltarse al menos una comida diaria. Este alarmante dato es un reflejo de la profunda crisis alimentaria que atraviesa el país y que afecta de manera desproporcionada a los más vulnerables.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó su octava encuesta a hogares con niños y adolescentes, revelando que la inseguridad alimentaria en Argentina ha alcanzado niveles preocupantes. La investigación muestra que, además de los niños que se van a dormir con el estómago vacío, 4,5 millones de adultos también están sacrificando sus comidas para priorizar la alimentación de sus hijos.

El informe de Unicef destaca una disminución alarmante en el consumo de productos esenciales para el desarrollo infantil, como carne y lácteos. Se estima que 10 millones de niños han reducido su ingesta de estos alimentos en el último año, debido al aumento de los precios y la erosión de los ingresos familiares. Esta situación agrava el riesgo de desnutrición, comprometiendo el crecimiento y la salud de toda una generación.

En respuesta a esta crisis, Unicef lanzó la campaña «El hambre no tiene final feliz», con el objetivo de visibilizar la situación y recaudar fondos para brindar asistencia alimentaria a los más necesitados. Sin embargo, la gravedad del problema exige más que caridad; se requiere una intervención estatal urgente y sostenida para revertir esta tendencia.

El informe también arroja luz sobre la alarmante tasa de pobreza infantil, que según estimaciones del organismo, podría haber aumentado del 57,5% al 70,8% entre finales de 2023 y el primer trimestre de 2024. En términos de pobreza extrema, el salto es aún más dramático, pasando del 19,4% al 34,4%. Estas cifras sugieren que 8,8 millones de niños viven en la pobreza, mientras que 4,3 millones se encuentran en la indigencia.

Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de Derechos de Unicef Argentina, enfatizó la importancia de implementar políticas públicas que garanticen el acceso a una alimentación adecuada y condiciones de vida dignas para todos los niños y niñas del país. «De no tomarse medidas inmediatas, las repercusiones a largo plazo sobre el bienestar y desarrollo de estos niños serán irreparables», advirtió.

La crisis alimentaria en Argentina requiere una respuesta contundente y coordinada, que no solo alivie el hambre inmediato, sino que también aborde las causas profundas de la pobreza. Sin un compromiso firme y sostenido, el futuro de millones de niños argentinos seguirá en riesgo.