Alarma en el Banco Central: morosidad récord en tarjetas y préstamos
La cadena de pagos en Argentina enfrenta un panorama delicado. El Banco Central informó que la morosidad en tarjetas de crédito, préstamos personales y la cantidad de cheques rechazados alcanzaron niveles récord en marzo, encendiendo una "luz amarilla" para la economía.

Una señal de alarma se encendió en la economía argentina. El Banco Central de la República Argentina (BCRA), bajo la dirección de Santiago Bausili, reportó un incremento sin precedentes en la morosidad de tarjetas de crédito, préstamos personales y en el volumen de cheques rechazados durante el mes de marzo. Esta situación, que afecta tanto a personas como a empresas, pone en jaque la estabilidad de la cadena de pagos del país.
Los datos de marzo son contundentes y reflejan un deterioro significativo en la capacidad de pago de los argentinos. La morosidad en tarjetas de crédito trepó un 2,8%, marcando el pico más alto en los últimos tres años. Paralelamente, los préstamos personales no se quedan atrás, con un crecimiento de la morosidad por encima del 4%, su punto máximo en nueve meses.
Cheques rechazados: un indicador preocupante
Pero la preocupación no se limita a los créditos. La cantidad de cheques rechazados aumentó casi un 3%, alcanzando el nivel más alto en cinco años. En términos absolutos, se superaron los 64.000 cheques rechazados en total, lo que representa una tasa de rechazo del 1,3% respecto al total de cheques compensados.
El informe del BCRA subraya la gravedad del asunto al detallar que, en marzo de este año, los cheques rechazados escalaron un 91,7% interanual y un 11,2% mensual. La situación es aún más crítica para los cheques rechazados sin fondos, que mostraron un asombroso aumento del 221,9% anual.
Consecuencias para la cadena de pagos y el mercado de capitales
Gastón Rossi, director del Banco Ciudad, no dudó en calificar la situación como una «luz amarilla», señalando que el cobro de créditos se está volviendo «más difícil». Esta contracción en la capacidad de pago no solo impacta a individuos, sino que también genera un efecto cascada en el sector empresarial.
La falta de acceso al crédito se agudiza, provocando que las empresas medianas del país vean «cerrado» el mercado de capitales, tanto a nivel local como internacional. Este escenario de creciente morosidad y restricción crediticia plantea serios interrogantes sobre la resiliencia de la economía argentina y la capacidad de las empresas para sostener sus operaciones en un contexto de incertidumbre.