Radiografía del salario en Argentina: una caída sostenida que se profundiza con el gobierno actual

El poder adquisitivo de los salarios en Argentina ha exhibido una trayectoria marcada por fuertes oscilaciones a lo largo de las últimas décadas, con una tendencia general decreciente desde los años 70. Si bien el país supo posicionarse con un ingreso relativamente alto en la región, e incluso lideró el ranking de ingreso per cápita familiar en ciertos períodos, la situación actual muestra un deterioro significativo, agudizado durante la gestión de Javier Milei.

Según un informe de la consultora Fundar, el poder de compra de los asalariados se expandió de manera sostenida hasta 2013. A partir de entonces, se amesetó hasta 2017, para luego iniciar una fase contractiva que se mantiene hasta hoy. Este retroceso ha llevado a que, en el primer semestre de 2024, el ingreso per cápita familiar fuera un 29% menor que en 2011, regresando a valores similares a los de 2005.

Altibajos económicos y sus efectos en el bolsillo

Tras la crisis de la Convertibilidad en 2001, que dejó el salario real en niveles comparables a los de mediados de la década de 1940, el país experimentó varios años de crecimiento económico. Entre 2003 y 2011, el ingreso per cápita familiar acumuló un crecimiento del 57,5%. Sin embargo, a partir de 2011, Argentina no logró sostener ese proceso, alternando períodos de expansión con significativas caídas en la actividad.

Las crisis cambiarias de 2018 y 2019, sumadas a la contracción económica derivada de la pandemia de coronavirus, impactaron fuertemente en los ingresos familiares, que se contrajeron un 23,5% entre finales de 2017 y finales de 2020. Aunque la recuperación económica de 2021 generó una mejora, no fue suficiente para compensar la caída anterior. La aceleración de la inflación entre 2021 y principios de 2024 provocó una nueva merma en el poder adquisitivo.

En 2022, el salario real argentino era un 8% inferior al de 1970 y un 30% menor al pico histórico alcanzado en 1974. En comparación con el promedio de América Latina, si bien Argentina siempre mantuvo una brecha favorable entre 1992 y 2021, esta se redujo del 77% en 2011 al 43% en 2021, reflejando el estancamiento y la posterior caída.

El impacto del gobierno actual: Caída acelerada y empleo público castigado

Desde la asunción del presidente Javier Milei, los salarios han experimentado una marcada caída del poder adquisitivo, a pesar del discurso oficial en contrario. El Índice de Salarios Registrados acumula una pérdida del 6,02% desde que La Libertad Avanza asumió el gobierno (con datos hasta marzo de 2025).

En marzo de 2025, los datos oficiales del INDEC mostraron que los salarios registrados aumentaron apenas un 2,5%, cifra significativamente por debajo del 3,7% de inflación para el mismo mes. El sector privado fue el más afectado, con una mejora del 2,2%, mientras que el empleo público registró una suba del 3,3%. Al analizar el acumulado desde diciembre de 2024, los salarios registrados subieron un 7,6%, pero no lograron equiparar la inflación del 8,6% en el mismo período, lo que se traduce en una pérdida real del 0,93%.

Dentro de la categoría de salarios registrados, el sector público es el más castigado. Entre noviembre de 2023 y marzo de 2025, los sueldos estatales retrocedieron un contundente 15,1% en términos reales, en contraste con el 0,9% de caída para el sector privado registrado en el mismo lapso. Esta situación se enmarca en la polémica por la no homologación de paritarias, con el Gobierno buscando que no superen el 1%, un valor muy inferior a la inflación, lo que implicaría un mayor empobrecimiento para los trabajadores.

En perspectiva histórica, el salario real argentino, medido en dólares a paridad de poder adquisitivo, se situó en 2021 en un 30% del salario estadounidense, uno de los niveles más bajos de la serie, solo por encima de los valores de 1989 y los años inmediatos a la salida de la Convertibilidad. Esto significa que el salario argentino de 2021 era comparable al que tenía Estados Unidos en la década de 1930 o al de Reino Unido a mediados de la década de 1970, lo que subraya la significativa pérdida de poder adquisitivo a largo plazo.