Receta electrónica: Un nuevo capítulo en la prescripción de medicamentos
Desde este miércoles 1 de enero, las farmacias en Argentina aceptan únicamente recetas electrónicas, marcando un cambio significativo en la forma de gestionar las órdenes médicas. Sin embargo, no todas las jurisdicciones han adoptado esta modalidad.

La implementación de la Ley Nacional de Recetas Electrónicas (Nº 27.553), reglamentada el 1 de julio de 2024, transforma por completo el sistema de prescripción de medicamentos. Este cambio, diseñado para consolidar un ecosistema digital más eficiente, también plantea desafíos en su aplicación desigual en las provincias del país.
El nuevo sistema obliga a que las recetas se emitan exclusivamente a través del Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS). Esto no solo refuerza la trazabilidad y agilidad en la dispensa de medicamentos, sino que también garantiza un acceso más seguro a tratamientos esenciales. Las autoridades sanitarias destacan que el avance representa un salto hacia la modernización y la transparencia en el sector.
No obstante, de las 24 jurisdicciones argentinas, solo 11 han adherido a la normativa nacional. Entre ellas se encuentran Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego y Tucumán. Otras provincias, como Buenos Aires y CABA, han establecido sistemas propios, mientras que regiones como Río Negro y Santa Fe tienen proyectos similares en desarrollo.
La situación genera un mosaico regulatorio donde coexisten sistemas mixtos. Por ejemplo, en hospitales públicos no nacionales de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, se permite el uso simultáneo de recetas electrónicas y de papel. Las empresas de medicina prepaga, por su parte, deben adaptarse a la receta digital debido a su regulación bajo normativas nacionales.
Las recetas electrónicas deben cumplir con requisitos específicos para ser válidas. Estos incluyen la identificación del profesional prescriptor, el paciente, y detalles precisos del medicamento, como el nombre genérico, presentación, diagnóstico, y la firma digital del médico. Además, deben incluir un código de barras que facilite su validación.
A pesar de los beneficios del nuevo sistema, la normativa contempla excepciones. En zonas de difícil acceso, falta de conectividad o interrupciones del sistema, se podrá seguir utilizando la receta en papel. También serán válidas las recetas manuscritas emitidas antes del 31 de diciembre de 2024, dentro de su período habitual de vigencia.
La transición hacia las recetas electrónicas promete optimizar el acceso a medicamentos y modernizar el sistema sanitario argentino. Sin embargo, el reto principal sigue siendo garantizar la inclusión de todas las provincias en esta revolución digital, evitando desigualdades en el acceso a la salud.