La dura realidad de los jubilados en Argentina: 5 millones viven por debajo de la línea de pobreza

La Defensoría de la Tercera Edad estima que más de 5 millones de jubilados y pensionados no pueden cubrir sus necesidades básicas en Argentina.

En un contexto de crisis económica y debates legislativos sobre la movilidad jubilatoria, la Defensoría de la Tercera Edad ha revelado un dato alarmante: más de 5 millones de jubilados y pensionados en Argentina se encuentran en situación de pobreza. Con una canasta básica mensual que ronda los $800.000 y un haber jubilatorio promedio de $295.000, millones de adultos mayores no logran cubrir sus necesidades más básicas.

La brecha entre el costo de vida y los ingresos de los jubilados en Argentina es cada vez más preocupante. Según la Defensoría de la Tercera Edad, liderada por Eugenio Semino, la canasta básica para un adulto mayor alcanza los $800.000 mensuales, mientras que el haber jubilatorio, incluso con el bono adicional, apenas llega a $295.000. Esta realidad afecta no solo a quienes cobran una jubilación mínima, sino también a aquellos que reciben la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80% de la jubilación mínima, y a los beneficiarios de pensiones no contributivas, quienes perciben apenas $220.000 al mes.

La situación de los adultos mayores es particularmente crítica en términos de salud. Semino señala que entre el 80% y el 90% de los jubilados sufren de hipertensión y problemas de colesterol, condiciones que requieren una dieta adecuada y acceso a medicamentos. Sin embargo, los bajos ingresos dificultan el acceso a alimentos saludables y a tratamientos médicos, lo que agrava su estado de salud y disminuye su calidad de vida.

Además, el aumento de los costos de servicios básicos, como el gas y el agua, ha golpeado duramente a este sector vulnerable de la población. Con tarifas en constante aumento y un poder adquisitivo cada vez más reducido, muchos jubilados se ven obligados a elegir entre pagar por sus medicamentos o por servicios esenciales, un dilema que pone en riesgo su bienestar general.

En paralelo, el Senado aprobó recientemente una nueva ley de movilidad jubilatoria, la cual propone ajustar las jubilaciones de acuerdo con la inflación y los salarios, y garantizar que el haber mínimo no sea inferior al costo de la canasta básica para un adulto mayor. Sin embargo, el presidente Javier Milei ha anunciado su intención de vetar esta ley, argumentando que las medidas no son sostenibles para la economía del país en su estado actual.