Preocupación y desesperación en la familia de la mujer que denunció a los rugbiers franceses

El padre de la joven mendocina que denunció a dos rugbiers franceses por abuso sexual solicita que permanezcan detenidos hasta el juicio, temiendo que puedan regresar a su país si la fiscalía no renueva la prisión preventiva.

La angustia y preocupación inundan a la familia de la mujer mendocina que denunció a dos rugbiers franceses por abuso sexual. Ante la inminente decisión de la fiscalía sobre la prisión preventiva de los acusados, el padre de la víctima expresó su temor de que los implicados puedan quedar en libertad y regresar a Francia, lo que complicaría el desarrollo del juicio.

El padre de la joven, de 39 años, cuyo nombre se mantiene en reserva para proteger su identidad, ha expresado públicamente su temor y preocupación ante la posibilidad de que los rugbiers franceses, Oscar Jegou y Hugo Auradou, puedan ser liberados antes del juicio. «Mañana el fiscal puede ratificar y los rugbiers deberían quedarse en prisión preventiva hasta el juicio. Si no lo ratifica, los rugbiers hacen su valija y se van a Francia», declaró el hombre en una entrevista televisiva, visiblemente angustiado por lo que sucederá en las próximas horas.

La denuncia presentada por su hija describe un hecho grave que ha conmocionado a la comunidad mendocina y al país en general. Según el relato, su hija fue víctima de una violación en grupo, en la que participaron dos personas. A pesar de que la defensa de los acusados sostiene que hubo consentimiento, el testimonio de la víctima contradice esta versión. La joven, quien no conocía a la segunda persona involucrada, afirmó que ingresó a la habitación de un hotel cinco estrellas con otro rugbier y su pareja, momento en el que la situación cambió drásticamente.

El impacto del abuso en la víctima ha sido devastador, tanto física como emocionalmente. Según su padre, la joven regresó a su hogar «totalmente demacrada, casi fuera de sí», y con signos visibles de violencia. «Lo primero que hizo fue tomarse tres o cuatro pastillas para dormir. Cuando se despertó pude tomar contacto con ella y vi las lesiones que tenía expuestas», comentó. Los especialistas que la atendieron confirmaron que presentaba no menos de 15 laceraciones en su cuerpo, además de moretones en el mentón, brazos, piernas y otras partes.

Además de enfrentar el trauma del abuso, la familia ha sido objeto de intimidaciones, lo que ha aumentado su vulnerabilidad. Según denunció el padre, la puerta de su casa fue forzada, aunque sin éxito, y sus vecinos han realizado actos vandálicos, escribiendo en los coches de la familia. Por esta razón, han solicitado protección personal para la víctima y sus familiares.