Revelación sobre el Parkinson: Síntoma clave 20 años antes del diagnóstico

Expertos revelan que el sentido del olfato puede ser el primer indicio de Parkinson mucho antes de que aparezcan los síntomas motores. Una alerta para una detección temprana y tratamiento adecuado.

Expertos revelan que el sentido del olfato puede ser el primer indicio de Parkinson mucho antes de que aparezcan los síntomas motores. Una alerta para una detección temprana y tratamiento adecuado.

El Parkinson, una enfermedad neurológica que impacta los movimientos debido a la degeneración de células cerebrales, guarda un secreto en el sentido del olfato. Especialistas han identificado que la pérdida o alteración del olfato puede manifestarse hasta 20 años antes de que se presenten los síntomas motores característicos.

El Parkinson, conocido por sus síntomas motores como temblores, rigidez y disminución del movimiento, también presenta manifestaciones no motoras que han cobrado relevancia en la detección temprana.

Entre estos síntomas, la constipación, la depresión y los trastornos del sueño han sido señalados como indicadores. Sin embargo, un síntoma sorprendente se suma a la lista: la pérdida de olfato.

La doctora Stella Maris Cuevas, experta en olfato y alergias, explica que los problemas en el olfato, especialmente la hiposmia (disminución del olfato), pueden ser una señal temprana de Parkinson. Este síntoma, a menudo pasado por alto, puede preceder a los síntomas motores en décadas.

«La alteración del olfato puede ser leve, moderada o grave, y puede manifestarse hasta 20 años antes de que los síntomas motores se hagan evidentes», afirma la doctora Cuevas.

A través de pruebas de olfato (olfatometría), es posible realizar un diagnóstico precoz que permita al paciente conocer su condición y recibir el tratamiento adecuado para una mejor calidad de vida. Este enfoque de detección temprana es clave, ya que actualmente no existe una cura para el Parkinson, pero los tratamientos pueden mejorar significativamente los síntomas y la calidad de vida de los pacientes.

La importancia de los estudios del olfato como marcador de enfermedades neurodegenerativas ha ganado terreno en la comunidad científica. No solo en el Parkinson, sino también en enfermedades como el Alzheimer, donde las alteraciones olfativas pueden ser un indicador precoz de la enfermedad.

El Parkinson, una enfermedad compleja que afecta a millones en todo el mundo, presenta un nuevo indicio para su detección temprana: la pérdida del sentido del olfato. Este síntoma, a menudo subestimado, puede ser una señal crucial que aparece décadas antes de que los temblores y la rigidez se manifiesten.

La investigación en el campo del olfato ofrece una ventana para un diagnóstico anticipado y un tratamiento más efectivo. Detectar el Parkinson en sus etapas iniciales, incluso antes de los síntomas motores, podría marcar la diferencia en la calidad de vida de quienes lo padecen.

La ciencia avanza, y con ella la esperanza de una mejor comprensión y manejo de enfermedades como el Parkinson. La detección temprana es la llave para abrir la puerta hacia un tratamiento más efectivo y una vida más plena para quienes conviven con esta condición neurodegenerativa.