Una familia en CABA necesita un millón de pesos al mes para seguir siendo clase media

La creciente inflación desafía la estabilidad económica de la clase media en Buenos Aires, elevando el costo de vida. ¿Cómo afecta a las familias propietarias y a las que alquilan?

El impacto de la inflación en la Ciudad de Buenos Aires se traduce en un desafío económico para la clase media. Según las últimas estadísticas, una familia tipo necesitó más de un millón de pesos en febrero para mantener su estatus, una cifra que excluye los costos de alquiler. Este análisis revela las crecientes tensiones financieras y cómo la vivienda propia marca la línea entre mantenerse a flote y hundirse en la incertidumbre.

El aumento constante de los precios ha llevado a un escenario en el que la clase media enfrenta una encrucijada financiera. La Dirección Estadística Porteña informó un incremento del 14,1% en la inflación, afectando directamente el costo de vida. Sin embargo, el análisis se complica al considerar que la cifra de referencia de un millón de pesos mensuales se basa en la suposición de que la familia es propietaria de su vivienda.

Para las numerosas familias que alquilan en Buenos Aires, este umbral se eleva significativamente. Las cifras reales para quienes no son propietarios podrían superar los límites establecidos, generando mayores tensiones económicas. Este desajuste revela una realidad compleja y desafiante, donde el costo de la vivienda impacta de manera desproporcionada en las finanzas de aquellos que no tienen la propiedad de su hogar.

En febrero, una familia típica, compuesta por dos adultos y dos menores, necesitó ingresos que superaran el millón de pesos para mantenerse dentro de la categoría de clase media. Este umbral se compara con los $814.017 necesarios para evitar caer por debajo de la línea de pobreza, y los $419.844 para no ser considerado indigente. Estas cifras, basadas en la evolución de las líneas de pobreza e indigencia, arrojan luz sobre la complejidad de la situación económica actual.

La Canasta Básica Alimentaria, que determina la línea de indigencia, experimentó un aumento del 14,89% respecto a enero, llegando a $402.752. Este incremento, aunque alineado con el índice de inflación, marcó un aumento interanual del 310,2%, superando notoriamente la inflación general del 264,5%. Este fenómeno revela una disparidad preocupante, donde los más vulnerables sufren un impacto inflacionario más significativo que la población en general.

En cuanto a la línea de pobreza, el aumento mensual fue de $94.073, destacando la creciente brecha económica que amenaza la estabilidad financiera de las clases medias. La inflación acelerada, que se traduce en un aumento diario de aproximadamente $1800 durante febrero, pone a prueba la capacidad de las familias para mantener su nivel de vida.

Desafíos diferenciados para propietarios e inquilinos

La brecha entre propietarios e inquilinos se profundiza al analizar estos números. Mientras que las familias que poseen sus viviendas deben hacer frente a un millón de pesos mensuales para mantener su estatus, aquellas que alquilan enfrentan una carga financiera aún mayor. La necesidad de una solución integral que aborde tanto el costo de vida como el acceso a la vivienda se vuelve evidente.

La complejidad de la realidad económica en Buenos Aires pone de manifiesto la necesidad urgente de medidas que aborden las disparidades y brinden soluciones integrales. El desafío de la inflación, especialmente en el costo de vida y la vivienda, resalta la vulnerabilidad de la clase media. La atención a estas cifras es esencial para comprender la magnitud del problema y trabajar hacia un futuro más equitativo.