Consejos para hacer una mudanza con un gato

 

Una mudanza siempre es un momento de mucho estrés para una familia, y  si hay un gato, la cosa se complica. Estos son animales de costumbres, a los que les gusta tener una rutina muy marcada, con sus horarios de comida, juego, sueño… No llevan nada bien los cambios repentinos, así que una mudanza puede generarles miedo y ansiedad.

La calma y la paciencia son clave

Si el hecho de cambiarnos de casa nos provoca nerviosismo, el felino será capaz de percibir nuestro lenguaje corporal. Esto hará que se muestre desconfiado ante los cambios que se avecinan, y entenderá que son algo negativo. Por lo tanto, el primer consejo que debemos tener en cuenta es el de tomarnos el proceso con calma desde el principio. Planificar con tiempo cada etapa para evitar imprevistos es fundamental. Seguro que cuando nuestro gato perciba que estamos seguros, calmados y tranquilos, él también se sentirá así.

Recoger las pertenencias en el último momento

Para llevar a cabo la mudanza de la forma más tranquila y relajada posible para que no le afecte al gato, hay que empaquetar todas las cosas con tiempo y planificación. Ahora bien, según recomiendan los expertos, lo mejor es dejar las pertenencias del gato para el último momento, una vez lo hayamos acomodado en su transportín y estemos listos para irnos a nuestra nueva casa. El transportín es un elemento muy importante en la rutina de los felinos domésticos porque gracias a él podemos transportarlos de forma segura.

Respetar el tiempo de adaptación

¿Cuánto tiempo necesitan los gatos para adaptarse a la nueva situación? No hay una respuesta exacta porque, del mismo modo que ocurre con las personas, no hay dos gatos iguales. Lo más importante es que nos esforcemos por favorecer el cambio a nuestro felino para que la mudanza no acabe por convertirse en un trauma para él.

La adaptación es un proceso que los gatos cachorros llevan mejor que los adultos porque son más flexibles. Esto no significa que los gatos de mayor edad no puedan tener una buena mudanza, sólo que, en líneas generales, van a necesitar más tiempo y más paciencia por nuestra parte.

Es completamente normal que los felinos se muestren confundidos y tímidos al llegar a la nueva casa. Es un entorno nuevo para él y, aunque sea mínimamente, su rutina se ve alterada. Un comportamiento normal de los felinos es el de estar escondidos los primeros día.

Crear un refugio seguro

Al llegar a nuestra nueva casa, los primeros días son un caos de personas entrando y saliendo, y cajas por todas partes. Todo esto puede generar un gran estrés en los gatos, así que debemos crear a nuestro minino un refugio en el que se sienta seguro. Es lo primero que tenemos que hacer nada más instalarnos.

Lo ideal es escoger una habitación que esté lo más alejada posible de la entrada para que pueda estar tranquilo y ajeno al caos de la mudanza. En esta habitación podemos colocar su cama, su rascador y sus juguetes, y poner algo de música relajante. También podemos dejarle una caja de cartón con algunas golosinas y una manta en su interior.

De esta manera, mientras nosotros desempaquetamos todas las cosas y nos vamos instalando, el gato tendrá un sitio donde estar a gusto y sin ver su rutina alterada. Sólo cuando esté todo más o menos organizado tras la mudanza podemos sacar al gato de su refugio seguro para que explore la nueva vivienda siguiendo sus propios instintos.

Y, por último, recalcar la idea de que el tiempo que tardan los gatos en adaptarse a su nuevo hogar varía mucho entre unos y otros. Puede ser desde unos días hasta unas semanas, e incluso meses.