¿Pasas mucho tiempo sentado durante el día? Estos son los problemas que podría traer ese hábito
A pesar de que estarlo puede ser muy cómodo, el hecho de pasar buena parte de nuestros días sentado puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud.
En contraparte, darle un espacio al ejercicio, aunque sea en pequeñas cantidades, puede marcar una gran diferencia.
Así al menos lo señala un reciente estudio publicado en noviembre, que fue encabezado por la University College de Londres, y donde destaca el impacto positivo que podría tener el hecho de reemplazar el estar sentado por unos minutos de actividad física moderada, principalmente para nuestro corazón.
De la misma manera, estar todo el día sentado puede repercutir en el bienestar del corazón y, al mismo tiempo, aumentar las probabilidades de muerte, algo que podría poner en jaque a muchos adultos, quienes pueden pasar largas horas en esa posición a raíz de su trabajo.
Cambiar los hábitos sería la clave
Para llegar a esa conclusión, las personas a cargo del trabajo analizaron de qué manera influía cambiar algunos de los hábitos todos los días durante una semana.
Así, por ejemplo, una mujer de 54 años empezó a realizar 30 minutos de ejercicio a una intensidad moderada al día en minutos en que solía estar sentada. No solo se pudo verificar mejoras en la salud del corazón, sino que además su cintura se redujo en 2,5 centímetros.
Los riesgos de estar muchas horas sentado, según otros estudios
En todo caso, no es la primera investigación que va en esa línea. Anteriormente, un estudio de la Universidad Ártica de Noruega también advertía los riesgos de este hábito, apuntando al riesgo de una muerte prematura, si esto no se contrastaba con un espacio diario dedicado al ejercicio.
En todo caso, nuestro corazón no sería el único afectado por el sedentarismo. De acuerdo a lo que señaló al medio Health el fisioterapeuta John Gallucci Jr «estar sentado durante un periodo prolongado de tiempo puede incluso provocar una mala postura, una reducción de la circulación sanguínea, un aumento de peso y obesidad«.
Por si fuera poco, también podría ser el detonador de problemas neurológicos, como mayores riesgos de sufrir demencia.