Necesitamos el sueño de un tiempo mejor
En un tiempo en que los derechos conseguidos se ponen en cuestión una vez más, las mujeres del mundo se levantan contra las violencias y avanzan en la visibilización de las desigualdades estructurales del sistema. En Argentina la cita más importante fue un día antes, el 24 de noviembre en el Congreso de la Nación, lugar en donde cobraron vida derechos fundamentales para las mujeres y para las diversidades, que llevaron debates de horas, pero que finalmente vieron la luz, luego de las maratónicas jornadas.
El pañuelazo, el abrazo ante la amenaza de la perdida de derechos, el encuentro como una mirada de construcción política, son alguna de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa nuevamente, en Argentina pero también en el mundo. Porque es el mundo entero el que clama por un cambio en las desigualdades estructurales. Es el globo completo el que intima una nueva mirada, que entienda que, en este tiempo histórico, las reglas tienen que ver con la comprensión del otro.
En ese marco, cobra especial importancia recordar el debate en el congreso del último gran logro: la interrupción legal del embarazo. Un debate que apuntó a resolver una desigualdad en el terreno del acceso a la salud. El aborto ocurre, pero quienes mueren son mujeres pobres, faltas de recursos, no pueden acceder a una clínica a efectuar la práctica. Es así como las largas horas de debate, por primera vez, desfasaron las miradas corporativas de bloques de los partidos políticos.
El debate no supo de partidos, y de corporación, se alimentó de la experiencia, los deseos, la representación, y la mirada política de cada uno de los legisladores. Para muchos, un debate que comprometió por primera vez en mucho tiempo las miradas personales, la experiencia de representación y le dio un sentido de sinceridad. No hubo voto en bloque, hubo pensamiento propio.
Quizás, mirar esa experiencia y entendiendo en la necesidad de eliminar todo tipo de violencias contra la mujer pero también en el ceno de la sociedad, nos invite a reflexionar como construir nuevamente, como pensar nuevamente una sociedad que necesita de las alternativas para abrazar una nueva historia.
Repensemos, reinventemos. Retroalimentemos una mirada que nos devuelva la alegría y el debate político. Hoy lo necesitamos más que nunca.