Crecer con un perro ayuda al desarrollo social y emocional del niño

 

Convivir con un perro en casa proporciona numerosos beneficios a los niños, incluso a los menores de cinco años, ya que según un estudio favorece la sociabilidad del pequeño, propicia la solidaridad y previene el sedentarismo.

Quienes se criaron con un perro en casa conocen los beneficios que proporcionan estas mascotas en la infancia, que se llegan a convertir en los mejores compañeros de juegos. Ahora la ciencia ratifica esta percepción: una investigación publicada en Pediatric Research afirma que los niños menores de cinco años que conviven con un perro tienen un mejor desarrollo social y emocional. “Observamos que los niños que jugaban con su perro un mínimo de tres veces por semana o caminaban con su perro al menos una vez por semana tenían un mejor desarrollo socioemocional”, señala la profesora Hayley Christian, autora de la investigación.

El estudio, realizado en la Universidad de Australia Occidental y el Instituto Telethon Kids se basó en los datos de 1.646 hogares con niños de dos a cinco años, de los que 686 (un 42%) tenían un perro. Se tuvo en cuenta la edad de los niños, el sexo, los hábitos de sueño, el nivel educativo de los padres, la frecuencia con la que las familias salían a pasear con el pequeño y el perro o con la que jugaban juntos, y si los niños eran dueños o no del animal.

Los investigadores comprobaron que los pequeños con un perro en casa tenían un 23% menos probabilidades de tener dificultades emocionales y de relaciones sociales que aquellos que no convivían con un perro. También presentaron un 30% menos posibilidades de desarrollar conductas antisociales, un 40% menos de tener problemas en sus relaciones con otros niños y un 34% más de demostrar comportamientos positivos, como la solidaridad.

También observaron que pasear al perro en familia al menos un día a la semana y jugar con el animal tres veces o más por semana aumentaba hasta un 74% la conducta prosocial de los pequeños y los comportamientos altruistas. Para Hayley Christian estos beneficios pueden deberse al especial vínculo que los niños pequeños establecen con sus mascotas, aunque advierte que al tratarse de un estudio observacional no se puede determinar el motivo por el cual tener un perro beneficia al desarrollo social y emocional de los menores.

Además, este estudio australiano reparó en otro aspecto beneficioso de los perros en casa: ayuda a combatir el sedentarismo en la infancia, y los problemas asociados a este como la obesidad infantil, ya que los juegos con la mascota favorecen la práctica de actividad física en los más pequeños.