La educación como piedra fundacional de la realización de los pueblos
A estas alturas en gestiones anteriores había docentes que tenían miedo de calefaccionar los edificios. Encender las estufas era una lotería que amenazaba con la integridad física de los trabajadores. El desdén por la “cosa pública”, por la educación, por la salud, por la niñez, era moneda corriente, porque lo fomentaba directamente la acción de gobierno: el abandono.
Hoy asistimos a una realidad diferente. Las escuelas, principalmente las del Conurbano Bonaerense, están permanentemente monitoreadas, se han construido en tiempo récord instituciones educativas para garantizar igualdad de oportunidades a todos los vecinos. La revalorización de público, no se da solamente porque hubo una pandemia, sino porque es la herramienta de movilidad social para muchos vecinos a quienes el sistema ha excluido.
Seguir en ese camino es lo que garantiza posibilidades igualitarias y tiende puentes entre quienes pueden pagar una educación formal privada y quienes necesitan que sea el Estado el que garantice las condiciones de educación formal para acceder al mercado laboral en una edad adulta, y para avanzar en condiciones de equidad.
Se trata de garantizar derechos. El Estado es el responsable de garantizar derechos fundamentales, que hacen a las condiciones dignas de vida de los habitantes, y en ese camino, es que permanentemente expresamos la necesidad de soberanía política y de independencia económica para manejar los recursos indispensables para la sociedad.
La educación, la salud, así como el alimento, agua y la tierra, deberían ser bienes comunes, se alzan como derechos de la población, como garantías también de que un futuro mejor es posible, como una salida viable desde emprender el camino del conocimiento, generar nuevas opciones de crecimiento personal, pero también de avanzar en crecimiento económico en cada uno de los hogares, encontrando más y mejores empleos.
La coordinación con escuelas de oficios, con habilidades propias y con intereses vocacionales, es fundamental no solamente para encontrar un mercado laboral acorde a las posibilidades de cada persona, sino también para avanzar vocacionalmente en perspectivas que nos impulsen a querer seguir el camino de crecimiento personal y la autorrealización. Así, la felicidad, esta a la vuelta de la esquina.