¿Por qué nos sentimos cansados cuando dormimos mucho?

 

Es común escuchar a personas decir que, tras dormir varias horas, han despertado más cansados, contrario a los efectos esperados luego de una jornada extenuante en el trabajo o en la escuela.

Esto se conoce como «resaca del sueño», debido a que, una vez despiertos, la sensación en la cabeza es similiar a la de una borrachera, como un leve dolor de cabeza e hinchazón de ojos.

Sin embargo, esta sensación tiene una explicación médica, la que apunta a un quiebre en los ciclos de sueño que tiene cada persona, generando un malestar en el cuerpo.

¿Por qué nos sentimos cansados cuando dormimos mucho?

La causa de este cansancio guarda relación con los ritmos circadianos, que forman el reloj biológico humano.

Este reloj biológico regula las funciones fisiológicas del organismo para que tengan un ciclo determinado que se repite cada 24 horas, coincidiendo con los estados de sueño y vigilia.

De este modo, cuando es de día, los ritmos circadianos envían información a las células para que estas sepan que es el momento en que el cuerpo debe estar despierto.

Por eso es que, cuando una persona duerme más de la habitual, es muy probable que su cuerpo experimente cansancio, ya que no ha despertado a la hora en que está acostumbrado.

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Otras causas

De acuerdo al citado medio, Michael Breus, psicólogo clínico y diplomático de la Junta Americana del Sueño, apunta a que una persona pasa por cinco ciclos de sueño cada noche y cada uno de estos dura 90 minutos.

Lo más sencillo es despertarse en las dos primeras etapas, luego viene la fase REM y, por último, las dos etapas en las que dejar de dormir es más complicado.

Según Breus, «cuando el sueño se extiende más horas, estos ciclos se alargan y despertarse en mitad de uno de ellos es la explicación” de la ‘resaca del sueño’.

El doctor Eduard Estivill, neurofisiólogo, especialista europeo en Medicina del Sueño y director de la Unidad del Sueño del Hospital General de Cataluña, asegura que las horas de sueño están relacionadas con la edad de cada persona.

«Un niño de 5 años, que se mueve mucho y aprende mucho, necesita que su sueño funcione como mínimo 11 horas. El adolescente necesita 9 horas, el 90% de los adultos necesita 8 y, a partir de los 65-70 años, con 6-7 horas puede ser suficiente; eso sí, durmiendo una o dos siestas de 20 minutos», afirmó.