El día de la mujer trabajadora es un día de reflexión

 

Este 8 de marzo nuevamente las mujeres volverán a las calles, con el grito contenido después de la pandemia, para decir que tampoco la pandemia de COVID -19 fue lo mismo para ellas que para los varones; que por más de que tenga nombre y lo identifiquemos como femicidio, a las mujeres las siguen matando por ser mujeres; que atravesadas por el sistema de cuidados, las mujeres tienen una doble o triple jornada laboral; que siguen sosteniendo los trabajos de servicios y que por supuesto sufren en demasía la precarización laboral y que durante esta pandemia fueron terriblemente esenciales. 

También dirán que la deuda es con ellas, y claro que lo es. Porque en medio de tanto horror también muchas mujeres tuvieron que aprender a diversificarse entre la escuela virtual, el trabajo virtual y el cuidado real en un mismo espacio físico, porque encontraron que el hogar donde la mayoría de los vecinos estaba “seguro”, frente al COVID, ellas tenían miedo o se enfrentaban a la violencia en algunos casos extrema. Porque pareciera a veces, que ponerle es nombre a lo que nos pasa es naturalizarlo. 

Sí, así como en plena pandemia las mujeres salieron a la calle a decirle a la Argentina y al mundo que son dueñas de sus cuerpos y legalizaron la interrupción voluntaria del embarazo, hoy saldrán a la calle a gritar que quieren debatir en serio, de igual a igual, con paridad en cada espacio, pero también con voz y con voto, que lo que tienen que decir es urgente.

Este 8 de marzo también escuchamos que hay cuestiones que no pueden esperar, que la justicia sigue condenando mujeres por lo que son, que el capitalismo las sigue endeudando, sin darles acceso a la tierra y a los bienes comunes, que las mujeres se siguen haciendo cargo individualmente de cuestiones que son de responsabilidad colectiva, que el patriarcado las sigue poniendo en el lugar de la “vitrina de las cosas preciosas”, y que ellas, las luchadoras de la vida, son preciosas y preciadas pero porque también tienen que ser escuchadas de una vez por todas.