Terminan las vacaciones con buenos augurios
De a poco, en burbujas y con “nuevas normalidades”, vamos pensando en la posibilidad de dejar atrás un largo mal sueño que puso en duda la humanidad entera y que todavía nos sigue desvelando y generando cierta incertidumbre. Terminaron las llamadas vacaciones de invierno. Y como era de esperarse, como ciclo, nos invitamos a repensarnos, a evaluar acciones y a reorientar estrategias.
Como siempre decimos: la pandemia no termino, está cada vez más cerca, con cada vacuna, con cada inoculación y con cada acto solidario de cuidado de los cientos de vecinos que alumbran nuevas esperanzas y entiendes la imperiosa necesidad de continuar en la carrera para ganarle al virus. Pero las ilusiones no son en vano.
Al cierre de estas vacaciones nos encontramos con que los casos siguen en su escalada para abajo, se asientan sobre un número mucho menor al que tuvimos hace no mucho tiempo, pero todavía el fantasma de una tercera ola con nuevas cepas que en el mundo van abriéndose paso, no interpela nuevamente.
Sabemos que tenemos que seguirnos cuidando, y poco a poco aprender a convivir con un virus que no se va a ir, pero que puede – mediante la vacunación – dejar de hacer tanto daño, para pasar a una instancia que no amenace nuestro sistema sanitario. En ese camino, ya falta muy poco para que todos los ciudadanos accedan libremente a la vacunación gratuita y quede inoculada toda la población con una primera dosis, que si bien se sabe públicamente que no alcanza para la tranquilidad de una normalidad sin restricciones, esa primera dosis promete la posibilidad de pensar nuestras estrategias que pongan de pie la economía y nos recuerden la libertad de la circulación de nuestro vasto y enorme país.
Y la segunda dosis viene en camino. Al paso que avanza la primera dosis y se reconoce el trabajo de miles de trabajadores de salud que con un esfuerzo enorme junto a otros trabajadores desplegaron un operativo nunca antes visto, la segunda también cobra fuerza y se levanta para completar este trabajo y para hacernos soñar con un fin de año que descomprima los hospitales.
La vuelta de las vacaciones trae nuevos esperanzas, nuevas promesas y nuevas opciones para reencontrarnos con nuestros seres queridos. Por eso, mientras nos seguimos cuidando para terminar definitivamente con COVID-19, ya estamos saboreando el reencuentro una vez más.