La corredora rosarina Grassi se sumó a la denuncia contra Vicentin por presuntas estafas

 

Para Gustavo Feldman, abogado del principal acreedor comercial individual del concurso de Vicentin, “la diversificación e internacionalización” del grupo “fue parte del plan para vaciar” la agroexportadora.

El abogado del principal acreedor comercial individual del concurso de Vicentin, la corredora rosarina Grassi SA, aseguró que “la diversificación e internacionalización” del grupo “fue parte del plan para vaciar” la agroexportadora, a la que denunció por presuntas estafas.

El abogado Gustavo Feldman afirmó a Télam que la presentación del cuestionado balance 2019 de Vicentin SAIC, la firma concursada, “es la principal prueba de cargo para acreditar el ardid y la estafa”.

Junto a su colega Viviana Cosentino, Feldman realizó una presentación en la Unidad Fiscal de Delitos Económicos de Rosario para que la firma Commodities SA -del grupo Grassi- sea tenida como querellante en la causa por estafas iniciada en julio pasado, a la que en septiembre se acopló el comité ad hoc de bancos internacionales de Vicentin, que reclama U$S500 millones en el concurso.

Para el abogado de Grassi SA, una cerealera con más de 130 años en el mercado de granos, el balance 2019 que presentó Vicentin en el concurso “es una suerte de sinceramiento que desnuda las falencias, mentiras y falsedades de los otros balances, de 2018 para atrás”.

Los números “están manipulados, adulterados y falseados para aparentar una solidez, liquidez y solvencia que en realidad no tenía”, abundó el abogado, quien agregó que “si se comparan los datos del de 2018 y los de 2019 hay una pérdida de mil millones de dólares” en el balance de la agroexportadora.

El escrito de Grassi abunda en la hipótesis ya expuesta en la causa por otros acreedores comerciales de Vicentin y por los bancos internacionales que financiaban su operatoria.

Los denunciantes creen que Vicentin SAIC adulteró los datos de los balances de los últimos años “contabilizando falsos activos y ocultando el verdadero pasivo, para mostrar así un superávit que no era tal”.

“Esta maniobra seguramente obedecía a que si hubieran reflejado la realidad en sus estados contables, muy probablemente se hubieran vistos privados de obtener los créditos que les otorgaron las distintas entidades financieras y la posibilidad de continuar operando en el mercado por pérdida de confianza”, sostiene la denuncia presentada por Feldman.

Paralelamente, pide que se investigue el destino de esos recursos aportados por bancos y proveedores comerciales, para determinar si existió una “desviación de activos a cuentas particulares de los socios y a otras sociedades donde la concursada tiene participación accionaria”.

Según la nueva denuncia, “la necesidad de ‘acomodar’ el balance 2019 a la realidad concursal, lleva a una manipulación de los números tan absurda, que resulta imposible pensar que esto es un reflejo de lo que realmente ocurrió de un año a otro”.

Esto sería así porque “al analizar el patrimonio neto 2019” y compararlo con el de 2018 que está reflejado en la contabilidad de la empresa “la evaporación del patrimonio o pérdida asciende a 1.178 millones de dólares”.

La denuncia señala también que las operaciones comerciales de Vicentin muestran “altos márgenes sobre facturación” que en 2018 era un “exorbitante 22,11%, para luego caer estrepitosamente, a pesar de su gran incremento en facturación”.

La presentación agrega que Vicentin “en 2019 trabajó y vendió un 68% más que en el 2018, pero generó -según los números presentados- 1.000 millones de dólares menos de resultados”.