La pandemia en modo recuperación 

La pandemia vuelve a poner de relieve la necesidad de federalizar los territorios y redistribuir en todos los sentidos. En ese marco, cuando parecía que el AMBA, la región metropolitana estaba en su peor momento, finalmente comenzó a estabilizarse un proceso que parecía eterno, pero también que dio paso a que nuestra mirada se pose también en la situación de creciente desesperación que se genera en el interior del país donde, parece, que se posa el ojo de la tormenta. 

Quizás podríamos decir , y sería cierto, que en los lugares con menos presencia real del Estado en los años de neoliberalismo que han sido parte también de esta realidad en el resultado de los hechos, los números no cierran y están en rojo. Y no mentiríamos. Pero lo cierto, es que seguir con criticas respecto de un proceso en el cual además hay cierto consenso general no nos llevaría muy lejos y resulta necesario también analizar posibles soluciones. 

Quedó expresada claramente la necesidad de descentralizar las ciudades, de descomprimir la región metropolitana. Las grandes metrópolis del mundo dan cuenta de que la concentración demográfica muchas veces pone en serio riesgo el ecosistema geopolítico de las ciudades. Esta pandemia no hizo más que reflejar consecuencias de una gran realidad: es necesario encarar un proceso de descentralización de las ciudades más grandes, generando espacios donde la obra pública como amalgama invite a la repoblar otros espacios.

En ese sentido, el rol de las organizaciones de la sociedad civil es clave, en el armado de una nueva “marcha al campo» que permita desentramar los grandes conglomerados urbanos y a su vez resolver la problemática habitacional de los miles de vecinos que hoy no tienen acceso a una vivienda o a un trabajo digno. 

La pandemia dejará secuelas, en la salud psíquica, en la educación y en la economía de todo nuestro pueblo, por eso es importante un proyecto político emancipador, que permita acompañar el restablecimiento mediante políticas públicas de un sistema inclusivo que termine con las diferencias que, en definitiva, se hacen más visibles entre los pocos que tienen poco y que no debieran tener diferencias, mientras siguen siendo pocos los que tienen mucho y siguen intentando dividir la sociedad.