Este domingo falleció Ramona Medina, la vocera de la Garganta Poderosa que era insulinodependiente y había contraído COVID-19 en el Barrio 31 de Retiro después de 12 días sin agua. La mujer, de 42 años, estuvo tres días internada en el Hospital de la Ciudad, junto a toda su familia contagiada, entre ellos una hija con discapacidad múltiple.

Tras la triste noticia, Nacho Levy, el referente de la Garganta Poderosa posteó en Twitter: «Nos mataron a Ramona” y continuó:«Apretando los dientes, golpeando el teclado, mordiendo la rabia y escupiendo lágrimas, nos toca escribir ahora esta mierda, para decirles todo eso que Ramona les dijo en tiempo pasado, todo eso que nos cansamos de gritar durante dos meses, todo eso que no quisieron escuchar (…) ni cuando dejaron 12 días al barrio sin agua, ni cuando gritó desesperada que tenía 7 personas de riesgo viviendo hacinadas”.

En su posteo, Levy apuntó también a la «postergación por cuatro años»de la relocalización de su familia, la no identificación de los «grupos de riesgo» al interior del barrio, la «falta de insumos en todas las postas de salud», «los programas fantasmas» para «maquillar la realidad», la corrupción, la falta de asistencia a los enfermos y el aislamiento tardío de la primera fallecida.

«¡Ramona no se murió! A Ramona la mataron los dueños del silencio, los cómplices de la indiferencia, los mudos de la justicia, ¡la mataron! Y ahora quién carajo nos explica cómo seguir, cómo seguirá su familia íntegramente internada, cómo seguirán sus hijas Maia y Guada, en silla de ruedas, contagiada, con oxígeno, con discapacidad, sin hablar, totalmente dependiente, ¡ahora sin su mamá!«, añadió.