La pobreza en tiempos de pandemia

 

En Argentina, luego de las últimas mediciones del INDEC la pobreza asciende al 35. 5 por ciento. Pero lo cierto es que cuando el COVID-19 quede atrás y la depresión económica mundial rebote en cada uno de los países, se espera que esa pobreza alcance números más altos. Dentro de la problemática mundial, nuestro país no es ajeno a la situación que aqueja a la mayoría de los países del mundo. 

La diferencia quizás es que, luego de 4 años de achicamiento del Estado, y de intento de bajar el gasto, la Argentina dejó de ser un Estado garante de derechos para convertirse en un Estado endeudado que ha perdido parte de las decisiones de su soberanía en manos los acreedores. Independientemente de los esfuerzos denodados por sostener el aislamiento obligatorio como medida modelo que hoy asombra a todo el mundo y que se adoptó incluso mucho antes que el resto de los países del planeta, la realidad es que más allá de las medidas extraordinarias que se puedan tomar en pos de resolver la salud y la seguridad de los argentinos, existe un saldo que necesariamente hay que recordar. 

En los últimos cuatro años, al mismo ritmo que miles y miles de ciudadanos caían en la pobreza, otros pocos se enriquecían de manera denodada, en la misma medida que la sociedad en su conjunto se endeudaba por los próximos 100 años, una pequeña porción de privilegiados enviaba sus capitales al exterior. 

Se trata del mismo grupo selecto de 200 empresas y 50 fortunas familiares, a quienes por supuesto, mientras más amontonados estaban cada uno de los ciudadanos que caía en la pobreza, más multiplicaron su patrimonio.

Pero para hablar en términos concretos: esas 50 fortunas familiares, se alzan con 57.000 millones de dólares y están encabezadas por Paolo Roca con 8000 millones,  Alejandro Bulgheroni y familia, con 6200 millones y Pérez Compac y familia, con 3000 millones. Quien encabeza este ranking es el titular del grupo Techint que hasta hace unos días había tomado la decisión de despedir a  1450 trabajadores.

Esas fortunas se incrementaron en un 81,8%, 87,9% y 99,1% entre 2017 y 2019. Otro tanto podría puntualizarse con respecto a la cúpula empresarial que durante el período 2015-2018 aumentaron sus ventas en un 205% mientras millones de compatriotas caían en la pobreza. Mereciendo destacarse las empresas del sector Energía, Gas y Agua que vieron crecer sus ventas en un 1036,5%, mientras los tarifazos asolaron a nuestros distritos.

Cabe destacar, que cuando hablamos de aislamiento obligatorio, no hablamos de lo mismo en términos de diez personas que viven en una casilla y duermen en una misma cama, que para una familia de cuatro o cinco personas que cuentan con propiedades que alcanzan en algunos casos, a manzanas completas con todos los servicios.

Cuando todo esto termine (porque en algún momento va a terminar), lo cierto es que van a quedar deudas: la deuda con el pueblo y planteos que necesariamente va a haber que abordar para poder empoderarnos como sociedad en mundo y en la región. 

No solamente es importante que comencemos a delinear como sociedad una redistribución de la riqueza que augure una sociedad más integra en términos de solidaridad: lo que hoy queda claro es que la discusión de la matriz distributiva en la Argentina, no solamente es necesaria sino que también es muy urgente.