La maldita herencia
Mucho se ha dicho durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri de la herencia dejada por el Kirchnerismo, lo cierto es que pocos hablan de la herencia del que la alianza “Cambiemos”, ha dejado como corolario de la que seguramente se verá como una de las peores gestiones económicas de la democracia.
En los últimos años, aumentó casi a niveles inimaginables la deuda externa, el país entró en una etapa recesiva que destruyó el consumo interno, y que postergó a la las clases más vulnerables de nuestro país. Además, el sistema progresivo de recesión y de paralización de consumo sumado a la presión fiscal y el aumento de tarifas discontinuó la balanza de pagos del sector PyMES que se en la mayoría de los casos acabó cerrando miles de pequeñas y medianas empresas.
Ese es el contexto en el cual, el actual presidente, Alberto Fernández asume la presidencia. En ese contexto, se acerca un mes clave para la economía argentina, y es que la visita del Fondo Monetario Internacional, repudiada por varias de organizaciones, augura un mes de fricciones y de relaciones políticas y sociales complejas. En ese marco, el 15 de marzo se convierte en la clave: pagar o no pagar una deuda que hoy a los argentinos nos parece ilógica es un dilema del que vamos a estar hablando en los próximos días y que nos llevará a replantearnos hacia dónde va el nuevo rumbo de la economía.
Lo cierto es que además de una deuda internacional en la que todos hemos sido sumidos, existe una deuda real con la sociedad, y allí es donde el término soberanía adquiere un especial significado. Esa soberanía es el desafío que tanto Alberto Fernández, como Martín Guzmán y todo su gabinete tendrán la responsabilidad de defender en los próximos y cortos meses del año.