Se abre una nueva etapa de esperanza
Termina una etapa, se abre un nuevo período nacional, continúa un período distrital, pero esta vez en sintonía con un proyecto político integral. Esta semana la esperanza signa las calles y abre una nueva perspectiva, de trabajo en conjunto, de proyecto común nacional y popular dicen algunos, más inclusivo dicen otros. Pero lo cierto, es que se termina una etapa de opresión, de sacrificios y donde la pobreza estructural fue el único aumento que vieron nuestras calles.
Hay un dato que no es menor: de la crisis y de la inestabilidad institucional se sale con democracia, en un contexto latinoamericano donde los pueblos sufren la falta de salida al neoliberalismo feroz que azotó a la región, dejando miles de indigentes a su paso, en Argentina no hay lugar para otro sistema político que no tenga a la democracia como la única alternativa válida para resolver los males del sistema.
Se abre un nuevo tiempo, donde la mirada a resolver está puesta en el hambre de nuestro pueblo, en las situaciones de calle que viven miles de trabajadores, en la desocupación y la posibilidad de reactivación de la pequeña y mediana empresa, del campesinado, de la vuelta a la producción nacional.
En un pueblo que se asfixia por cuatro años de abandono de las políticas públicas nacionales y provinciales inclusivas, se viene una recuperación estratégica que puede ser llevar más o menos tiempo, pero que augura una nueva posibilidad de alzar a la clase trabajadora que produce la riqueza del país con una distribución más justa y equitativa.
En tal sentido, la palabra soberanía cobra fuerza. Recuperar lo de los argentinos para los argentinos es una deuda del último gobierno y es nuestra responsabilidad saber que la tenemos que saldar.