Se enciende una luz al final del túnel

Luego de la revolución que significaron las declaraciones de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el sábado 18 de mayo, diferentes reacciones se esperaron durante toda la semana. Algunos que ansiosos miraban el dólar durante todo el lunes esperando que se generara una inestabilidad cambiaria, otros que automáticamente buscaban encuestas desesperadas para mirar la intención de voto de cara a las próximas elecciones nacionales. Los más cautos observando los canales de televisión en los lugares de públicos, de reojo y como quien no quiere la cosa, para ver con una sonrisa entre dientes la solución estratégica que resuelva un poco la ansiedad y otro poco la desesperanza.

Pronto llegó el 25 de mayo, y como fecha elegida por la asunción de Néstor Kirchner en 2003, en la localidad de Merlo finalmente se los vio juntos en el lanzamiento de una fórmula que quizás ni los más osados habrían pensado, por la amplitud de características que encierra.

Primero habló ella, frente a una multitud de vecinos que le pedían que se pare para verla mejor, a pesar del gran escenario y la escenografía de la jornada. La candidata a vicepresidente Cristina afirmó que “dos dirigentes no podrán hacer todo”, y recordando aquel 25 de mayo de 2003 sostuvo que “fuimos nueve presidentes latinoamericanos caminando sin operativo de seguridad. Era otra Argentina, estoy segura. Sentí que los argentinos nos habíamos vuelto a encontrar”.

Luego, fue el turno del candidato presidencial, Alberto Fernández, quien habló en segundo término y destacó “la alegría que tengo de haberme reencontrado con mi amiga Cristina”

Alberto Fernández, también habló de pie: “Aquel 25 de mayo de 2003 llegamos al gobierno con Néstor para cambiar la historia”, recordó. “Cuando Néstor me abrazó, al tomarme juramento, le dije ‘viste que llegamos’. ‘No llegamos, recién empezamos’, me dijo

Algunos de los vecinos que se acercaron al lugar se fueron con la sensación de que hay mucho por hacer, pero con la certeza de que hay forma de empezar. “A los cuatro millones de nuevos pobres que deja Macri, vamos a ayudarlos”, prometió el candidato presidencial y encendió la luz al final del túnel, que quizás sea largo y oscuro, que de pronto sea complejo y distante, pero que definitivamente tiene un final.