La gestión de la crisis
La crisis golpea en lo más profundo del Conurbano Bonaerense, los aumentos de tarifas, los últimos aumentos de transporte público y de combustibles, finalmente como se previó con la suba del dólar, se trasladaron a las góndolas y a los servicios de primera necesidad. Es cierto que el dólar en los últimos días bajó, pero también es real que la inestabilidad cambiaria genera incertidumbre en los precios, y provoca que lejos de caer los precios, en relación al dólar, sigan en su escalada para arriba.
A esto se suma, la aparición de cifras alarmantes con respecto al desempleo, y la frenada de consumo. Todos los días asistimos al cierre de PyMES que más grandes o más chicas, dejan miles de familias sin sustento. La inestabilidad institucional alarma incluso a los organismos internacionales: los principales medios de comunicación del mundo ya advierten que el fantasma del Default aparece nuevamente en la Argentina de la mano de las posibilidades de no lograr pagar una deuda que acumula intereses y que devuelve una palabra que no usábamos hace mucho tiempo: “Riesgo País”.
Por supuesto: frente a la sequía de pesos que se produce en el mercado, el tipo de cambio se mantiene o baja, pero la inflación lejos de terminar la escalada, sigue subiendo y pronostica estar arriba del 45 por ciento para finales de este año. Mientras tanto Papá Noel, solo promete bolsillos empobrecidos.
Ante este panorama, algunos municipios como el de Almirante Brown, salieron a paliar la crisis e implementaron medidas de estricta necesidad y urgencia, estableciendo acuerdos con comercios que vendan más barato, llevando tranquilidad a la población, buscando beneficios para productores locales, de manera tal que se pueda hablar de un alivio momentáneo, pero que además permita que el vecino se sienta protegido.
Ese el secreto: la protección del vecino, tiene que partir y nacer del Estado, que ve y siente su vulnerabilidad como propia y que intenta, por lo menos, llevar soluciones concretas a los problemas que hoy, son reales.